_
_
_
_
_

Ramos Costa deberá someterse a un voto de confianza el 4 de marzo

La presidencia del Valencia que ostenta Ramos Costa fue ayer puesta en entredicho a lo largo de la Asamblea General Extraordinaria del club. Como consecuencia de ello, y a iniciativa del propio Ramos Costa vista la palpable oposición que reinaba a su gestión, éste decidió convocar una nueva asamblea extraordinaria para el día 4 de marzo en la que se discutiría se gestión en tomo al voto de confianza.Ramos Costa, desde el mismo momento en el que dio comienzo la asamblea, tuvo que soportar una activa oposición a todas sus propuestas. El dato más espectacular, probablemente sin precedentes en la historia de clubes de Primera División, fue la no aprobación del balance de cuentas del club, hecho que suele ser aprobado rutinariamente. Ayer, sin embargo, Ramos Costa no consiguió dicha aprobación, ya que 140 socios compromisarios se opusieron, por 80 que votaron a favor y 9 abstenciones. Ayer también fue la primera vez que se utilizaron las urnas en una Asamblea General Extraordinaria del Valencia.

Sin embargo, Ramos Costa, ante la evidencias de un fuerte y tenaz oposición, convocó voluntariamente a una nueva asamblea para que se decidiese una cuestión de confianza sobre su presidencia. Todo parece indicar, si el equipo no inicia una recuperación sorprendente en las cuatro jornadas de Liga que restan para el 4 de marzo, que Ramos Costa se vería obligado a dejar la presidencia del club. De haberse planteado dicha cuestión en la asamblea de ayer, Ramos Costa ya no ocuparía ese cargo. El Valencia es ahora un club bajo cuya gestión registra la más fuerte deuda de su historia y, además, una situación deportiva también sin precedentes. Ayer, y según palabras del propio Ramos Costa, se comunicó a los socios de la entidad que la deuda del club ascendía 1.056 millones de pesetas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_