Un recogepelotas impide un gol en un partido de fútbol

Un recogepelotas de doce años salvó a su equipo favorito de la derrota en el partido de la Segunda División griega entre el Herodotos y el visitante lonikos. El Herodotos ganaba por 1-0, cuando a los 49 minutos el delantero del lonikos Yannis Kottakis estaba a punto de empatar. Su remate fue detenido por el recogepelotas antes de que entrara en portería.Kottakis, después de recibir un buen pase, dribló a tres contrarios, incluido al portero del Herodotos, y tiró a puerta vacía. En ese momento, el recogepelotas local Manolis Spanakis, se introdujo en el terreno de juego e interceptó el balón cuando se colaba ya en la portería.

Otro jugador del lonikos, el centrocampista Taxis Xenarios, persiguió al recogepelotas, le alcanzó y le dio una bofetada, por lo que fue expulsado por el árbitro. El Herodoto aguantó el 1-0 hasta el final del partido, pero el lonikos ha anunciado que piensa recurrir a la validez del resultado.

La acción reseñada puede incluirse en la regla nueve, apartado b, del reglamento, que habla del balón en juego o fuera de juego. En el caso reseñado, el árbitro debe detener el juego en el momento en que un objeto, o en este caso una persona ajena al partido, entra en el campo. Cabe deducir que el árbitro de este encuentro no advirtió la presencia del recogepelotas hasta el momento mismo en que éste rechazó el disparo del delantero visitante, impidiendo así el gol. El árbitro debe conceder saque neutral, justo en el sitio en que se produjo la entrada del recogepelotas, es decir, prácticamente en un punto cercano a la línea de gol. La expulsión del jugador que agrede al recogepelotas es justa, porque "se ha tomado la justicia por su mano".

En cuanto a posteriores reclamaciones, competen al comité de competición, si bien sus decisiones serían ya sólo de índole disciplinario, nunca de orden técnico. Es decir, que el equipo visitante en este caso tuvo la mala fortuna de encontrarse con la invasión del recogepelotas, por lo que no pudo marcar.