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Dong Lanying,

una joven china de veintinueve años, ha protagonizado un caso realmente espectacular. En un inusitado gesto de modestia, ha renunciado a su categoría y sueldo como directora adjunta de un restaurante, por considerar que su "cultura general es bastante mediocre" y que, además, ella no tiene el hábito de ocupar un puesto de responsabilidad. Dong Lanying, que volverá a su antiguo oficio de pedicultora, fue distinguida como trabajadora modelo, teniendo acceso a la dirección adjunta del restaurante en 1975. El extraño caso ha obtenido amplio eco en la Prensa de China.

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