_
_
_
_
_

Dong Lanying,

una joven china de veintinueve años, ha protagonizado un caso realmente espectacular. En un inusitado gesto de modestia, ha renunciado a su categoría y sueldo como directora adjunta de un restaurante, por considerar que su "cultura general es bastante mediocre" y que, además, ella no tiene el hábito de ocupar un puesto de responsabilidad. Dong Lanying, que volverá a su antiguo oficio de pedicultora, fue distinguida como trabajadora modelo, teniendo acceso a la dirección adjunta del restaurante en 1975. El extraño caso ha obtenido amplio eco en la Prensa de China.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_