Nueva y peor versión de un filme histórico

No fue bien recibida esta nueva versión del famoso Ladrón de Bagdad, que Clive Donner dirigió en 1978. El crítico Manolo Marinero pensó que la película se había filmado sin entusiasmo, sin que nadie crea en lo que hace.Se consideró a Clive como el alumno que recita eficazmente la tabla de multiplicar por querer remitirse a una de las películas legendarias del cine mágico. Se llegó incluso a decir, como Alejandro Gorina, que sus decorados eran de un "traumatizante mal gusto: la película no aburre pero tampoco apasiona".

De cualquier forma, todos los críticos se pusieron de acuerdo en valorar positivamente la excelencia de los efectos especiales y el traba o interpretativo de Terence Stamp como el visir pérfido que recibe su justo castigo: "Es un hermoso tenebroso", se escribió.

Junto a él, los veteranos actores Peter Ustinov y Marina VIady aportaron una cierta nostalgia: actores estrella en su día, trabajando para una película que no hace avanzar las versiones anteriores de este cuento de Las mil y una noches sino que, por el contrario, lo retrotrae.

Hubo también coincidencia en valorar la sorpresa provocada por el inquietante monstruo de la botella (Daniel Emile Fork), especie de hombre cruzado con insecto que con sus habilidades incomprensibles logra ayudar a la recuperación del trono perdido de ese príncipe triste.

Fue, en conclusión, y si la memoria escrita no engaña, una película menor, realizada con corrección, y con suficientes elementos aislados como para permitir, relajadamente, una nueva -o una primera- visión. No todo el cine debe pasar a la Historia.

Las aventuras del ladrón de Bagdad se emite hoy a las 16.30 por la primera cadena.