Los sueldos de Carlos Díaz
Con ocasión del sueldo de los diputados nos obsequian con una serie de proposiciones y de gritos. Está claro que no es partidario. Lo que a todas luces falta es alusión alguna a, ¿qué tienen que hacer, que trabajar los señores representantes? ¿Qué coste de oportunidad supone prescindir de sus actividades antes del cargo? Y, a no olvidar nunca, ¿qué aptitudes y capacitación han de reunir y cuál es su valor de mercado? Le recuerdo, señor Díaz, que en la socialista Yugoslavia el abanico de salarios es de 1/5,5, y en la URSS de 1/7. Francamente, no le veo a usted intercambiarse con la situación de peón albañil. ¿O sí? Pues, proceda. / catedrático de Política Económica.
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