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Reportaje:TELEVISIONES EUROPEAS / 2

España tiene una televisión escasa y centralista, en oposición a las emisoras del Reino Unido, Suecia e Italia

La televisión estatal británica, BBC, se precia de poder ofrecer al público, por el precio de doce peniques y medio al día (veinticinco pesetas), los programas de dos cadenas de televisión sin publicidad, de cuatro cadenas de radio y de veinte emisoras locales radiofónicas. La BBC tiene el merecido prestigio de ser una de las mejores televisiones del mundo. "Una de las menos malas del mundo", si el juicio lo formulan espectadores y críticos con actitud radical hacia el enorme poder de la televisión.

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Los británicos disponen, además, de los programas de otras dos cadenas de televisión -los que transmite la Independent Broadcasting Authority (IBA), producidos por las quince compañías privadas de la Independent Television (ITV)-, por los que no han de pagar ningún impuesto o tasa, ya que el servicio se financia con publicidad. Los espectadores británicos pueden elegir semanalmente entre las 344 horas de programas que se difunden, sin tener en cuenta las emisiones de ámbito regional, frente a las aproximadamente 133 horas que TVE emite semanalmente por las dos cadenas, incluidas las cartas de ajuste. Aún así, la última encuesta realizada por Gallup para el periódico Daily Telegraph revela que el 38% de los encuestados ve la televisión británica menos tiempo que hace unos años y la reprochan exceso de reposiciones y aburrimiento.La televisión estatal italiana emite por sus tres cadenas, financiadas con el canon que se abona por receptor y con los ingresos de publicidad, alrededor de 211 horas semanales. Coexisten además aproximadamente quinientas emisoras privadas. Algunas de ellas (Canale 5, Rete 4 e Italia 1) difunden programas a lo largo del día, desde las 8.30 de la mañana (la RAI abre la programación en días laborales a las 12.30 horas) hasta aproximadamente las 2.30 de la madrugada (la RAI cierra a las doce de la noche). Es muy dificil evaluar la oferta de programas de que disponen los italianos, ya que nadie -ni la RAI, ni las televisiones privadas- dispone de un censo exacto de las emisoras.

La televisión sueca tiene dos canales, que se financian con la recaudación del canon y emite semanalmente un promedio de 94 horas sin publicidad. En todos los casos, al contrario de lo que sucede en TVE, nunca se interrumpen las emisiones en el horario de sobremesa.

Escasez española

La abundancia de programas, con la excepción de Suecia, que tiene una televisión de tamaño más pequeño, marca la primera diferencia entre los espectadores británicos, italianos y españoles, aun teniendo en cuenta que los países europeos han optado por un sistema que dista mucho de la opulencia televisual norteamericana.

De las eventuales emisiones de televisión por cable y satélite en España, sólo puede decirse que están en fase de estudio, que su puesta en marcha parece muy remota y que tenemos, en el mejor de los casos, un lustro de retraso si comparamos la situación con Europa. La ampliación del número de canales convencionales por éter tampoco ha sido estudiada, si se exceptúan los proyectos de televisiones autonómicas en el País Vasco y Cataluña.

El Reino Unido podría disponer en breve de televisión por cable con capacidad para treinta canales. Media docena de empresas emiten ya en período de prueba programas de televisión por cable. La Visionhire Cable- BBC transmite aproximadamente seis horas semanales para 170.000 abonados londinenses, por cuyo servicio pagan aproximadamente 1.600 pesetas al mes. El período de pruebas finalizará el próximo verano, fecha en que Gobierno y Parlamento decidirán el sistema jurídico de estas emisiones. Las emisiones por cable están ya muy avanzadas en Bélgica, Holanda y República Federal de Alemania. Francia dispondrá también en breve de emisiones por cable en todo el territorio nacional, además de TV por satélite.

Tanto la BBC como la IBA temen que el Gobierno británico liberalice las televisiones por cable, cuya gestión podría ser encomendada a sociedades privadas y no a corporaciones públicas como aquéllas. A la BBC -cuya situación financiera es crítica, ya que el Gobierno no autoriza subir la cuota del canon- le queda la opción del satélite y la creación de una televisión de pago: el espectador paga previamente lo que va a ver, películas de fútbol y otros espectáculos muy seleccionados. El Gobierno y Parlamento suecos no han resuelto aún el futuro del cable. La reciente decisión del Gobierno noruego de encomendar la explotación del cable a sociedades privadas podría influir en la adopción de soluciones similares para todos los países nórdicos, que, por lo demás, compartirán un satélite común. Italia es el único país europeo que no siente necesidad de TV por cable, dada la total liberalización de la televisión por éter.

Las diferencias entre la televisión española y la de estos países europeos son más elevadas si se comparan las ofertas de programas al público en horas anuales de emisión: los espectadores británicos disponen anualmente de 28.540 horas de programas (12.592 de la ITV, según datos de 1981, a las que hay que añadir las 3.180 horas que emitirá su Cuarto Canal, inaugurado el pasado 2 de noviembre, y 12.768 horas de la BBC), frente a las 6.967 horas que TVE emitió durante el mencionado año por las dos cadenas incluidas las cartas de ajuste. La televisión estatal italiana, cuyo tamaño, considerado su número de trabajadores, es más similar a la española, emite anualmente 17.685 horas, según datos de 1981.

Los españoles, aunque disponen de un reducido mercado televisual, dedican por término medio más horas semanales al consumo de programas de televisión que los británicos y suecos: veintiuna horas y media (datos de 1981, según la publicación Mensaje y medios, de RTVE) frente a dieciocho horas semanales (británicos) y catorce horas (suecos). La media semanal de los italianos ante el televisor llega a veintiocho horas.

Regionalización

Televisión Española no sólo ofrece pocas horas de programación regional, sino que adolece de una estructura centralista. Por el contrario, el Reino Unido, Suecia e Italia han impulsado durante los últimos años las producciones y emisiones regionales.

TVE emitió durante el año 1981 un total de 1.235 horas con dieciocho minutos por los centros regionales de Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Galicia, Levante, Murcia, País Vasco y por los centros de producción de Barcelona, Canarias y Madrid, según datos facilitados por Miguel Torres, ex director de Comunicación y Relaciones Externas de TVE. Datos que, de todas formas, podrían ser inexactos, pero que son los únicos de que se dispone. La RAI, que tiene cinco centros de producción nacional y veintiuna sedes regionales, emitió durante 1981 un total de 6.931 horas, casi todas por la tercera red, que se inauguró el 15 de diciembre de 1979.

La televisión sueca (SVT) tiene, para una población de 8,3 millones de habitantes (3,2 millones de hogares con televisor y que suponen el 94% de los hogares), de diez centros regionales. Estos proporcionan a la emisión nacional algo m ás del 30% de la programación que se emite en las cadenas nacionales. Casi una tercera parte de sus empleados trabajan en estos centros. La SVT destina el 26,3% de su presupuesto a la televisión regional, partida superior a la asignada a la primera cadena (25,55% del total del presupuesto, 4.500 millones de pesetas aproximadamente) y a la segunda cadena (25,25% del presupuesto).

La BBC dedica a la programación regional el 7% de sus presupuesto. Tiene ocho sedes regionales, con una media semanal de 3,5 horas de programas autónomos por región, y otras tres sedes en Escocia (diez horas semanales), Irlanda del Norte (seis horas) y Gales (quince horas, ocho de ellas en galés). El 36,4% de los programas que produce la BBC sé realizan en las sedes regionales. Es la IBA, sin embargo, la que ha conferido a la TV británica un marcado carácter regional, ya que la Independent Television (ITV) está concebida como televisión federal.

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