Un amigo personal de Felipe González, probable nuevo embajador de Francia

El nombramiento del diputado socialista Pierre Guidoni, de 42 años de edad, amigo personal del presidente del Gobierno español, Felipe González, como embajador de la República Francesa en Madrid, todavía no se daba como seguro anoche en París, si bien la agencia Efe lo daba como seguro citando fuentes gubernamentales. Su principal rival parece ser un miembro de la carrera diplomática. Para ninguno de los dos, sin embargo, ha sido pedido hasta el momento el correspondiente placet.Anteayer, una carta confidencial que se publica en la capital francesa, lanzó la noticia del posible nombramiento de Guidoni. Ayer, el diario progubernamental Le Matin se hizo eco de la misma.

Según informes recogidos durante las últimas veinticuatro horas, Guidoni aspira a ser embajador, si bien juega en su contra -y en la cúpula del Estado socialista y en el ministerio de Asuntos Exteriores parece tenerse muy en cuenta este hecho- que no es diplomático de carrera.

La duda existente ayer se centraba en el citado punto. En cualquier caso, se nos aseguró que, antes de finales de año, el Gobierno ,francés dará a conocer el nombre de la persona que reemplazará al que fue embajador, Raoul Delaye, muerto en accidente automovilístico el pasado 24 de octubre, cerca de Burgos.

Guidoni es diputado de la circunscripción del Aude, en el sur de Francia, y vicepresidente de la comisión de Asuntos Extranjeros de la Asamblea Nacional. Fue fundador, con el actual ministro de Industria, Jean Pierre Chevenement, y otro diputado, Georges Sarre, del grupo izquierdista del Partido Socialista denominado CERES. Es de anotar que, hoy, Chevenement está considerado como uno de los ministros más moderados y realistas del Gabinete del primer ministro, Pierre Mauroy. Desde hace años ya, Guidoni es amigo intibio del Presidente españo, Felipe González, sobre el que ha escrito un libro, y de otros dirigentes del PSOE. Habla español, conoce España y domina perfectamente la problemática de las relaciones París-Madrid.

Esta dimensión de su personalidad, de conocedor y amigo de los españoles (el día de celebración de las últimas elecciones generales pasó la velada electoral entre los periodistas, diplomáticos y emigrantes hispanos), no modifica, sustancialmente, su fidelidad a la política mitterrandista con España. Hace algunas semanas, en una recepción celebrada en la embajada española en París, Guidoni confiaba su opinión sobre el contencioso vasco hispano-francés: "Es necesario que los españoles admitan, de una vez para siempre, que el problema vasco es español. Y a partir de ese postulado se comprenderá que nosotros podremos colaborar en materia policial, pero poco más".