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El cine en la pequeña pantalla

'La calle', adaptación del teatro

Cuenta King Vidor que cuando, en 1931, el poderoso productor Samuel Goldwyn le propuso filmar la obra teatral Street Scene (La calle), de Elmer Rice, estuvo varios días indeciso al no poder imaginar en cine lo que en teatro se desarrollaba sólo ante la fachada de un edíficio. El inmovilismo de la trama no correspondía a la necesidad del cine sonoto, donde "el énfasis de las películas recaía en la acción mejor que en la palabra"."Entonces sucedió", continúa Vidor, "que vi a un hombre que estaba durmiendo en un jardincillo de césped cerca de mi casa. Por la cara le corría una solitaria mosca. Al verlo se me ocurrió pensar que para una mosca la cara de aquel hombre era un lugar de interés ilimitado. Para la mosca aquella cara tenía colinas y montañas, túneles, vallas y llanuras. En el mundo de las moscas se podría hacer una película del Oeste, con todos los exteriores requeridos, sólo con la cabeza de un hombre; ¿por qué, pues, no mirar la fachada de la vieja casa de vecinos del mismo modo que una mosca ve la cara de un hombre?... Dejemos que la cámara sea la mosca".

La crítica celebró con entusiasmo la habilidad de Vídor para mantener la tensión fílmica con un guión tan anticinematográfico: "Es un magnífico documental de los barrios bajos de Nueva York", escribió Antonio Barbero. "La utilización de la música, reforzando las expresiones de los actores, es una prueba de talento", dijo Andrew Sawyer. La acción había quedado respetada en su condición teatral, pero transformada en cine a través de una planificación que registraba los aspectos más íntimos de la historia, sin aportar puntos de vista que podían ser imposibles en el teatro, pero imprescindibles en el cine. Incluso el doble crimen pasional, que en el escenario se contaba con sonidos, fue narrado de igual forma en la pantalla.

Pudo ayudar a Vidor el talento ¡el productor, empeñado en aquellos años por contratar a los más prestigiosos escritores. H. G. Wells, Sinclair Lewis, Somerset Maugham y George Bernard Shaw fueron los primeros. En ocasiones, los escritores no entendían las propuestas de Goldwyn. Irónicamente, Bernard' Shaw le dijo un día: "Lo malo, míster Goldwyn, es que usted está interesado por el arte y yo sólo lo estoy por el dinero".

La calle supuso un éxito de la actriz principal, Silvia Sidney, cuyo rostro anguloso rompía los moldes habituales del glamour de Hollywood; a su raro encanto añadía unas excepcionales dotes interpretativas. Vidor, sin embargo, destaca en sus memorias la actuación de los secundarios Beulah Bondi y John Qualen, "dos de los mejores actores que e dirigido en mi vida".

La calle se emite hoy a las 21.30 en la segunda cadena.

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