Erbard Weeller,
un alemán de 58 años, nacido en Erlangen, localidad próxima a Nuremberg, es, con sus 2,39 metros, el hombre más alto del mundo. Pero no todo queda ahí. Resulta que, a raíz de un reportaje publicado por Le Fígaro Magazine, se ha podido saber que Weeller, que calza un 54, sigue creciendo.Para ser tan alto", comentaba el gigante alemán a los periodistas que le entrevistaron, "hay que ser rico. Yo nunca me pude comprar un traje de confección". A consecuencia de una anomalía en la glándula del cerebro que determina el crecimiento, Weeller fue también, con 76 centímetros, el recien nacido más grande del mundo. Este alemán ha creado problemas a los confeccionadores de la revista francesa que se ha interesado por él para poder presentarlo de cuerpo entero al lado de otras personas y objetos que sirven de referencia, los laboratorios han recurrido a un encuadre especial a doble página. Weeler es consciente de las ventajas e invonvenientes que le acarrea su altura, y entre los últimos cita el de no poder viajar derecho en el metro, lo que le produce con frecuencia tortícolis, y "los chichones y cardenales que me hago cada día".
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