Borje Andersson
era hasta hace unos días ministro de Defensa del Gobierno socialdemócrata de Olof Palme. Sorpresivamente, apenas cumplidos dos meses en el cargo, presentó su renuncia. Contrariamente a lo que suele ocurrir en tales casos, la dimisión no se debió a discrepancias políticas o a una interpelación desfavorable, sino a la simple y humana razón de que Borje, El Rojo, como le denominan sus partidarios, no podía soportar el alejamiento durante casi toda la semana de su familia y sus hábitos en la provinciana ciudad de Borlenge, en donde vive, a unos trescientos kilómetros de Estocolmo. Esta situación le había afectado en tal medida que había adelgazado diez kilos. Ante razones de tanto peso, Olof Palme le aceptó la renuncia y Borje ha recuperado el cálido refugio hogareño, informa Ricardo Moreno.
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