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El deterioro económico, más profundo de lo previsto, hará aumentar el PIB este año menos del 1%

El deterioro registrado en la economía española a partir del verano está siendo algo mayor de lo previsto. Aunque los diversos expertos consultados no creen que se haya llegado a tocar el crecimiento cero, sí estiman que restará a la producción nacional de bienes y servicios algo más de medio punto. Así, el balance final de 1981 quedaría en menos del 1%. Pero lo peor será que 1982 va a terminar con problemas más graves que el año anterior. Medios allegados a la Presidencia del Gobierno saliente han reconocido el empeoramiento.

Pese al desierto estadístico español, tras el paréntesis estival, estudiosos de la coyuntura vaticinaban que la actividad se deprimía, el paro no mantenía la inflexión del segundo trimestre, persistía el vigor del alza de precios y los avances del sector exterior eran menos firmes (véase EL PAIS del 12 de septiembre). Hoy coinciden en que todo ha ido algo peor, excepto los precios, si bien no se conoce todavía el índice de octubre y los últimos meses suelen ser algo más inflacionistas.Aparte del paro, cuyo crecimiento en el último mes fue excepcional, a juzgar por las demandas de empleo registradas (todavía no se han publicado los datos de la encuesta de población activa del tercer trimestre), el dato que más preocupa a los seguidores de la coyuntura es el de las exportaciones. No sólo porque las ventas al exterior influyen sobre los demás, como carteras de pedidos, utilización de capacidad productiva y demanda de electricidad, indicadores más corrientes y que también se muestran últimamente débiles. Al fin y al cabo, todos los pronósticos sobre el crecimiento de la economía española en 1982 basaban más de las dos terceras partes en la demanda exterior, ante la nueva depresión de las inversiones y la escasa reacción del consumo.

Inversión negativa

En efecto, a estas alturas del año nadie apuesta nada prácticamente por la inversión. Según Manuel Lagares, coyunturalista de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, si el año pasado el Banco de España daba un aumento del 1,5% para la formación bruta de capital fijo, y descontando el 47% de crecimiento monetario de la pública quedaba el 1,1% de caída real para la privada, para 1982 puede preverse un descenso próximo al 5% en la privada, debido a que la pública va a crecer la mitad que en 1981.Menos pesimistas, fuentes allegadas a Calvo Sotelo han señalado que la demanda de inversión total será levemente positiva, igual que los consumos privado y público. Sobre esos datos añadieron que, del previsible 1,5% de crecimiento para el PIB (2,2% o 2,3% en el primer semestre y 0,9% en el segundo), el sector exterior aportaría el 1%, atribuible casi íntegramente a las exportaciones.

Similar era hace casi dos meses el criterio del Banco de España, en cuyo último informe general al Gobierno señalaba como aportación exterior 1,1 puntos, junto a otros 0,4 puntos de la demanda interna de consumo e inversión. Debe hacerse notar, sin embargo, que en las conclusiones del trabajo, posiblemente redactadas después, auguraba para el PIB de 1982 un ritmo de avance real del 1% desde la perspectiva del último trimestre del año, a la vista de un segundo semestre menos vigoroso.

Así las cosas, la confianza depositada por todos en las exportaciones, aun sabiendo que durante el verano se habían desacelerado, acaba de ser defraudada por los datos de Aduanas relativos a agosto. Estos reflejan una caída del 13,3% en pesetas con respecto a igual mes del año anterior. Y se anticipan a las cifras de entradas por exportaciones que ha facilitado el registro de caja del Banco de España, que empezaron a mostrar debilidad en septiembre.

Aunque parte del descenso se explica en que el año pasado, por las mismas fechas, habían iniciado un acusado despegue las ventas al exterior, los registros de ingresos en septiembre han sido decepcionantes: 1.489 millones de dólares (14.890 para los nueve meses), pese a la caída de la peseta, frente a los 1.599 millones del mismo mes anterior (15.206 en los nueve meses). Por el contrario, los pagos por importaciones han sido muy similares.

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