Cuatro astronautas parten mañana de EE UU en el quinto vuelo de la 'Columbia'
Cuatro astronautas norteamericanos iniciarán mañana, en cabo Cañaveral (Florida), el quinto vuelo de la nave espacial Columbia. Será el primero con fines comerciales, al colocar dos satélites en órbita durante el programa de vuelo, que finalizará el próximo martes con el aterrizaje de Columbia en la base aérea de Edwards (California).
"No hay cambio en el programa de lanzamiento", informaron los responsables de la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA), a pesar de pequeños problemas en una de las 44 válvulas que regulan la canalización del helio para la propulsión de la nave espacial. El despegue está previsto para las 7.19 horas del jueves (1.19 hora de Madrid) en el centro espacial Kennedy.Será la primera vez, desde el primer vuelo de la Columbia, en abril de 1981, que cuatro astronautas volarán en una misión espacial. Se trata del comandante Vance Brand, de 51 años, veterano del espacio por haber participado en la misión conjunta norteamericano-soviética del primer encuentro espacial entre el Apolo y el Soyuz en 1975. La misión de piloto recae en el coronel de la Marina Robert Overmyer, de 46 años. El ingeniero electrónico William Lenoir, de 43 años, y el físico Joseph Alien, de 45 años, completarán el equipo del quinto vuelo de la Columbia. Lenoir y Allen darán un paseo espacial -el primero desde hace nueve años- saliendo al exterior de la Columbia durante la jornada del domingo.
La NASA cobra
Cuando los responsables de la NASA debieron defender ante el Congreso y la Casa Blanca el coste astronómico de 10.000 millones de dólares para el proyecto Columbia insistieron en el carácter de rentabilidad de la inédita nave espacial, ingenio híbrido entre el cohete y el avión espacial, cuya principal característica radica en la posibilidad de volver a ser utilizado.Hoy, la NASA puede demostrar que tiene razón. Recibe el primer pedido comercial, por valor de veinte millones de dólares, para situar en órbita dos satélites artificiales: el CBS, destinado a telecomunicaciones, fletado por la firma norteamericana Satelite Business Systems, y el Anik, para la sociedad canadiense Telesat, con misión para comunicaciones de programas de televisión. Ambos coronan con éxito la tesis de que el Columbia puede ser un proyecto rentable a largo plazo, sin olvidar los aspectos militares, celosamente guardados por los expertos del Pentágono.
El primer satélite será lanzado desde la Columbia a las ocho horas de iniciado el vuelo el segundo, durante la jornada del viernes.La Administración Reagan promete ser más generosa que la anterior del presidente Carter a la hora de otorgar dinero para la NASA, que prepara ya el lanzamiento, en enero próximo, de la nueva nave espacial Challenger. A un año vista, la Challenger, similar a la Columbia, pero con una serie de mejoras técnicas, deberá colocar en órbita espacial el ambicioso proyecto de la primera plataforma del espacio, la Spacelab, promovido por la Agencia Espacial Europea. Será el primer laboratorio del espacio.
Fronteras inimaginables
En una órbita de 296 kilómetros alrededor de la tierra, la Columbia continuará el "programa de investigación y desarrollo espacial con fines científicos", declaró James Beggs, administrador de la NASA. Poco inclinados a exponer los aspectos militares de la nueva generación de naves espaciales, los científicos de la NASA insisten en el tono civil de la Columbia. Marginan el incremento de capacidad para una guerra del espacio, hoy reservada todavía al capítulo de la ficción científica."En unos diez años", añade Beggs, "los satélites de telecomunicaciones podrán canalizar más de veinticinco millones de comunicaciones personales a través de la Tierra".
La generación de naves inaugurada con la Columbia se habrá convertido en algo casi tan rutinario como un transporte de material por vía terrestre, aérea o marítima, con la diferencia de que la frontera será el espacio.
"Las posibilidades de conseguir materias totalmente puras", expone Beggs, "son considerables, al poder trabajar al margen de las condiciones de gravedad que existen en la Tierra". Tocará a los laboratorios espaciales la investigación y posterior aplicación de nuevos materiales, medicamentos y alimentos. La industrialización del espacio podría suponer un volumen de negocios del orden de los 68.000 millones de dólares en la frontera del año 2010, según los futurólogos de la NASA. Decididamente, el proyecto Columbia puede ser rentable.
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