Fraga pronostica una "situación social delicada" si el PSOE aplica su política económica
Manuel Fraga, presidente de Alianza Popular, pronosticó ayer que si el PSOE aplica desde el Gobierno su política económica, el crecimiento de la inflación y la presión fiscal -entre otros males que auguró- conducirán al país a una "situación social delicada", capaz de producir una radicalización por la izquierda o por la derecha.
Fraga, aunque manifestó que hubiera deseado no enjuiciar la visita papal a España, se refirió a ella con satisfacción en tres ocasiones, por la confirmación de la coincidencia de las tesis de AP con las defendidas por el Papa, así como la constatación de una realidad sociológica -"el pueblo español es católico"- que habría que tener en consideración.El líder de Alianza Popular se mostró muy crítico con respecto al calendario de transmisión de poderes, ya que "es absolutamente disparatado que tengamos a un país esperando más de un mes al nuevo Gobierno", y calificó de in concebible que en este tiempo el Gobierno saliente pueda adoptar medidas económicas de gran importancia. En este sentido, manifestó que habría que plantearse la revisión de los plazos marcados por la Constitución en este aspecto y señaló como modelo el caso inglés, donde el Gobierno se constituye a las veinticuatro horas de las elecciones. El presidente de AP manifestó que no tendría inconveniente en que la investidura del presidente del Gobierno precediera a la apertura solemne de las Cortes por parte del Monarca.
Entre las conclusiones de la reunión que sostuvo el lunes el Comité Ejecutivo de AP, Fraga refirió la satisfacción por la consolidación del bipartidismo, aunque con una proporción de fuerzas no de su gusto, así como por la reducción de los partidos extremistas y nacionalistas y el crecimiento de los partidos regionalistas coaligados con AP (Unión del Pueblo Navarro, Partido Aragonés Regionalista y Unidad Valenciana).
Particularmente irónico se mostró con respecto a las posibilidades de resurrección del centrismo, y calificó de incoherente la tesis de Lavilla de que las elecciones sólo se podrían ganar desde el centro, apostillando que "algunos siguen soñando con la chica que conquistaron a los veinte años".
Tantas veces como fue interrogado sobre el significado de los votos de la ultraderecha trasvasados a AP, tantas veces remitió Fraga a los informadores a analizar previamente los "votos comunistas, de la ORT y del FRAP" que, a su juicio, ha recibido el PSOE. En todo caso, precisó que tales votos no suponen concesiones por parte de AP.
Manuel Fraga declaró que AP había sido víctima de reiterados intentos de descalificación, al acusarles de poco demócratas, y consideró que la izquierda ya cometió el mismo error con José María Gil Robles, "un hombre que vivió y murió demócrata". Calificó de mito la idea de que AP había al canzado su techo electoral, ya que, según afirmó,, su partido ha roto todos los techos y se halla muy próximo a los niveles alcanzados por el PSOE y anteriormente por UCD, a quien culpó, junto al CDS, de haberles restado votos al no haberse unido a AP.
Fraga manifestó que AP coincidía con el PSOE en la no modificación del reglamento del Congreso de los Diputados para la constitución de grupo parlamentario, lo cual entraña que sólo formarían. grupo propio PSOE, AP-PDP, UCD, PNV y CiU. También mostró su satisfacción por la intención socialista de institucionalizar la figura del jefe de la oposición, idea cuya paternidad reclamó para sí: "Yo la defendí en mis libros hace años".
Con respecto al trasvase de militantes que se ha producido en los últimos días de UCD al PDP, del que también se está beneficiarido AP, según Fraga, éste mostró su satisfacción por el crecimiento de un partido aliado y afirmó que ello no enturbiará la relación de la coalición, AP-PDP. Descartó la posibilidad de sanciones contra los militantes de AP responsables de la no inclusión de miembros del PDP en las candidaturas, que a su juicio no fueron debidas a mala voluntad, por lo que todo se reducirá a una serie de compensaciones al PDP.
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