Uno de los policías nacionales heridos en el atentado de Vitoria se encuentra en estado muy grave

El sargento de la Policía Nacional José Miñano Miñano herido junto a otros nueve compañeros del cuerpo en el atentado perpetrado en Vitoria en la noche del pasado domingo -y que costó la vida al policía nacional Francisco González Ruiz-, se encuentra en estado muy grave, según informaba ayer los médicos que le atienden en el hospital de Santiago Apóstol. En el funeral oficiado ayer por el alma de la víctima, en el que estuvo presente el ministro del Interior, Juan José Rosón, el sacerdote señaló que la alegría del pueblo español por la visita del Papa quedaba desvanecida por el "terrible atentado".

Por su parte, no tardó en producirse la reacción de repulsa de los partidos mayoritarios vascos. El Gobierno autónomo, que condenó sin paliativos el atentado, se mostraba escéptico ante la posible negociación entre el PSOE y Herri Batasuna mientras se continúen estos hechos.El explosivo estaba colocado en el interior de un vehículo matrícula de Logroño, que había sido robado horas antes en la localidad riojana de Haro apunta de pistola. La bomba, que destrozó a una furgoneta de la Policía Nacional, estaba compuesta por 50 kilos de explosivo y otros tantos de metralla. El atentado se produjo a las nueve de la noche del pasado domingo, en un cruce de carreteras situado en las inmediaciones de la capital alavesa. El convoy policial estaba compuesto por una tanqueta y dos furgonetas.

El policía nacional Francisco González Ruiz falleció en el acto y diez de sus compañeros resultaron heridos. Se encuentra en estado de máxima gravedad del sargento José Miñano Miñano, que sufre estallido de rodilla, pérdidas considerables de piel y partes óseas, desgarro de escroto con roturas y salida de testículo derecho, así como rotura de cordón espermático.

Las reacciones de repulsa del primer atentado acaecido después de las elecciones no tardaron en producirse en el País Vasco. Así, el vicepresidente del Gobierno autónomo, Mario Fernández, calificó el atentado de "absolutamente intolerable". Mario Fernández se mostraba exceptico ante el hecho de que se produjera una negociación entre el PSOE y Herri Batasuna para conseguir la pacificación: "Es contradictorio el que por un lado Herri Batasuna esté realizando llamadas a la negociación y, por otra parte, los terroristas continúen con actos violentos que solo pueden tener como objetivo imposibilitar el diálogo".

Para Mario Onaindía, secretario general de Euskadiko Ezkerra, el hecho de que el atentado se haya producido en momentos en que la mayoría de la población participa de las expectativas y esperanzas abiertas por el primer triunfo de la izquierda en medio siglo" revela en los autores "una mentalidad que ética y políticamente les aproxima a cuantos, antes y ahora, han proclamado que el mejor destino de las urnas es el de ser machacadas".

Por su parte, el Partido Socialista de Euskadi señalaba que "las bandas terroristas desesperadas por el triunfo de la democracia y la autonomía, en las pasadas elecciones, pretenden impedir la consolidación de la democracia en España y la autonomía en Euskadi, con el único lenguaje que entienden: Las bombas y ríos de sangre".

El Partido Comunista reclamó contra los terroristas, de su lado, una confrontación "política y de masas", y mostró su esperanza de que al frente de ésta se pongan las instituciones vascas y los partidos que han recibido el respaldo mayoritario.