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Análisis de la campaña electoral en TVE

La televisión ofreció una nueva imagen del líder político español

Casi todos los programas emitidos gratuitamente por TVE fundaron su estrategia electoral en potenciar una nueva imagen de sus respectivos líderes más cercana al electorado. Se sirvieron, para ello, de un tratamiento visual más atractivo, de un lenguaje más comprensible y de un habitual contacto con los ciudadanos. Los partidos mayoritarios, por otra parte, confeccionaron mejor los espacios electorales y con más recursos técnicos que los minoritarios. Dieciocho formaciones políticas emitieron sus programas por la red nacional, con distintos niveles de difusión, durante más de seis horas. Tiempo inferior en un 40% al de las elecciones de 1979. Este análisis, que comprende los días 6 al 26, completa el estudio de la primera parte de la campaña publicado por EL PAIS el pasado día 18.

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Distribución por grupos

La campaña en TVE de los cinco grandes partidos se distinguió de las demás, en términos generales, por la mejor elaboración de sus programas. Utilizaron mayores recursos técnicos, tanto en la grabación como en la edición de los mensajes, análogos en muchos casos al lenguaje publicitario. Algunos grupos utilizaron insertos y montajes de imágenes, como en los anuncios, para subrayar pasajes del discurso político, caso de PCE y AP-PDP, o para diferenciar los temas de las alocuciones, como hizo el CDS en su segundo espacio. UCD utilizó técnica similar para introducir las de Landelino Lavilla.EL PSOE aplicó la estética publicitaria sobre todo en la careta de presentación y cierre de los seis programas: la cámara avanza a través de ocho ventanas de casas modestas hacia paisajes abiertos. Los escenarios representan distintas regiones españolas y culminan con la imagen del sol que se funde en el puño y la rosa del logotipo. El propio líder socialista ha aludido a la idea de la "bocanada de aire fresco" que significa el PSOE. La metáfora fue contestada en tono no menos "poético" por Landelino Lavilla en su programa del día 21, cuando quiso llamar la atención del electorado "ante tantos buenos deseos que se lleva el aire por las ventanas abiertas".

Todos los partidos han fundamentado su campaña televisual en la imagen de los líderes respectivos. El segundo programa de AP (emitido el día 15) y el del PSOE de Andalucía (día 22) dedicaron gran parte de su tiempo a glosar las personalidades de Manuel Fraga y de Felipe González. Landelino Lavilla y Adolfo Suárez ocuparon íntegramente los espacios de que dispusieron UCD y CDS respectivamente. El PCE, por el contrario, eludió, una vez más, personalizar su campaña en la figura del líder e intentó ofrecer una imagen de equipo. Santiago Carrillo intervino únicamente en el último espacio (día 25).

La imagen del líder

Una de las principales novedades respecto a las campaña anteriores ha sido la utilización de los ciudadanos como refuerzo e incluso como protagonista directo de los mensajes. Los líderes de UCD, AP-PDP y CDS han aparecido frecuentemente mezclados de manera informal con la gente. Las intervenciones del líder socialista en los mítines iban acompañadas de las imágenes de apoyo de su auditorio. EL PCE no presentó en su primer programa a ningún candidato. Imágenes de la vida cotidiana y seguidores del partido se convirtieron en los protagonistas exclusivos del espacio. El caso extremo en la utilización del "hombre de la calle" como apoyo a la campaña se ofreció el día 15 en el espacio de AP, donde una tendera, un taxista, un padre de familia y una madre con su bebé expusieron su confianza en el mensaje "todos ganaremos con Fraga".

El propósito de ofrecer una imagen del líder más cercana al espectador fue otro de los denominadores comunes de estos programas. En primer lugar, el escenario del plató de TVE fue sustituido por ambientes naturales, como el domicilio del político, su despacho, la calle, el autobús, el mitin, etcétera.

En segundo lugar, se empleó un lenguaje coloquial que alternó con el estereotipo del discurso político. Tal es el caso de Felipe González, que conversa en el autobús con un interlocutor oculto, que podría personificar a cualquier telespectador, sin prestar atención alguna a la cámara; y la única intervención de Santiago Carrillo, que utilizó símiles y expresiones de fácil comprensión (como denominar a los golpistas "garbanzos negros" de las Fuerzas Armadas) y que intentó desdramatizar y contrarrestar, como el líder del PSOE, los juicios más catastrofistas, planteados, en general, por la derecha.

Manuel Fraga recurrió frecuentemente a ejemplos y anécdotas de sus experiencias políticas. El presidente de AP, que comenzó en un tono conciliador y moderado, sin tan siquiera pedir el voto para su partido, concluyó en el último programa con un discurso agresivo y, en algunos fragmentos, similar al tono de sus intervenciones en los espacios electorales de 1977.

Landelino Lavilla ajustó sus apariciones en los programas especiales a la idea que de sí mismo expuso el día 19: "Creo tener acreditada en la vida política española mi seriedad", dijo, "la firmeza de mis convicciones, mi capacidad para ejercer la autoridad con moderación, que no es debilidad, sin estridencias, sin vociferar, sin levantar el tono de la voz". Trató de poner en evidencia a otros líderes y, a la vez, de amortiguar el tono más fuerte de alguno de sus mítines. Adolfo Suárez corrigió su primera intervención, leída e insegura, por una segunda alocución espontánea y más directa.

El PSOE mostró diversas facetas de su candidato a presidente del Gobierno. De la sencillez y naturalidad de la charla en el autobús, de la capacidad de conectar con el público en los mítines, se pasó, en el segundo espacio, a la imagen de "hombre de Estado". Este programa, en el que expuso el proyecto de gobierno de su partido, se grabó en su casa en un solo plano, sin ayuda técnica de lectura y sin concesiones formales. Sin embargo, hubo un signo connotativo de unión entre las dos imágenes: el "hombre de Estado" del discurso "oficial" vestía igual que en el autobús, jersei azul y corbata con el nudo suelto.

Mientras Felipe González, Santiago Carrillo y Adolfo Suárez transmitieron mensajes de optimismo y esperanza -solidaridad, esperanza y cambio son algunas de las palabras más constantes del vocabulario electoral de Felipe González- Landelino Lavilla hizo hincapié en negar la consistencia de las soluciones políticas situadas a ambos lados del centro, y Manuel Fraga terminó sus intervenciones en TVE con una diatriba contra los socialistas.

Los partidos minoritarios

Tanto los partidos de extrema derecha como de la izquierda extraparlamentaria confeccionaron unos programas de calidad técnica muy inferior. La falta de medios hizo que cinco de los siete partidos utilizasen parcialmente el mismo decorado: las cortinas verdes que cubren la pared de un estudio de TVE. Tres de ellos (Partido Socialista, PS; Falange Española de las JONS, FE-JONS y Movimiento Falangista de España) utilizaron incluso la misma mesa. Se observó aisladamente, de todas formas, una preocupación por apoyar los mensajes verbales con otras imágenes. La LCR rodó su programa totalmente en exteriores y utilizó material de los archivos de TVE para corroborar el discurso de un miembro del partido, que, sin ser identificado, explicó los planteamientos de su grupo. El mismo espacio se emitió en dos ocasiones. También el PS emitió dos veces el mismo programa, realizado en estudio, al igual que el de Candidatura de Unificación Comunista. El Partido Socialista de los Trabajadores (PST) recurrió a la fórmula de entrevista.

Los partidos de extrema derecha partieron de una actitud totalmente intransigente con la actual situación y sistema político. Sus planteamientos se convirtieron, en algún caso, en alegatos de corte sedicioso.

FE-JONS utilizó imágenes y sonidos de José Antonio Primo de Rivera y abundó, junto con Fuerza Nueva (FN), en imaginería y emblemas del fascismo. Blas Piñar narró "una fábula histórica". Dijo el líder de FN que "un día se murió el jefe" y se sucedió un cúmulo de desgracias provocadas por los políticos "rosados y claretes". Fuerza Joven aportó a FN el dato quizá más pintoresco de estos programas: los "coros y danzas".

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