La jugadora Marisol Paíno ha decidido pasar el control de sexo

La capitana y pieza clave del Celta femenino de baloncesto, Marisol Paíno, espera con tranquilidad la prueba de sexo a que será sometida el próximo día 30 en Madrid, junto con sus compañeras de equipo. Aprovechará el encuentro del Campeonato de Liga que el equipo gallego disputará ese día contra el Canoe.

Su estado de ánimo es compartido por el médico del club que, como ella, está convencido de que no habrá ningún problema. Inicialmente, ante el anuncio de que sería sometida a la prueba, Marisol Paíno había manifestado su intención de pasarse al atletismo. La jugadora internacional entendía que estaba siendo objeto de medidas discriminatorias, pero actualmente se ha avenido a someterse al reconocimiento médico en cuanto ha tenido noticias de que se iba a realizar con todas las jugadoras y no sólo con ella.Su tranquilidad, no obstante, se ve en algunos momentos turbada ante el asedio de que se le hace objeto por parte de numerosos periodistas que, de alguna manera, le hacen revivir los momentos desagradables de su primera temporada en el Celta, la 1976-77. En aquellas fechas, cuando el Celta obtuvo por primera vez el campeonato de Liga de Primera División, una noticia en la que se afirmaba que en un equipo femenino del norte estaba jugando un hombre y más tarde la interrogante abierta de "Marisol Paíno ¿hombre o mujer?" provocaron un enorme revuelo e hicieron vivir momentos amargos a la jugadora, que ante el escándalo desatado se ofreció a que se le hiciera la prueba del sexo, que no llegó a verificarse.

Por su parte, la directiva céltica entiende que detrás del acuerdo adoptado por la asamblea de clubes, para hacer pasar por el examen a todas las jugadores, está el máximo rival del Celta, el Comansi de Barcelona, que -siempre según esta interpretación- pretende minar a la que es pieza clave para el Celta, no sólo en el terreno estrictamente deportivo, sino a través de una guerra psicológica.

El tema del control de sexo fue muy debatido en la pasada Asamblea del baloncesto. En la votación, tres clubes, entre ellos el CIBES de Barcelona, mostraron su desacuerdo por la obligatoriedad del control. El motivo era que lo deben pasar únicamente los de Primera División, lo que en su opinión resulta discriminatorio. No sólo se quejaba Marisol Paíno.

Este control, habitual ya en muchos deportes y en el mundo, que consiste simplemente' en analizar una muestra de saliva, debe pasarse en Madrid, en el INEF. Eso ha significado un serio problema para todos los equipos, salvo para los madrileños, que ya lo han pasado, a causa de los desplazamientos, porque nadie tiene presupuesto para viajar única y exclusivamente para pasar el control. Por eso, la Federación Española ha dado de plazo hasta el 31 de diciembre, cuando ya se habrá cumplido la primera vuelta del campeonato.