Socialistas y 'convergentes' enconan su enfrentamiento en Cataluña

A medida que avanza la campaña electoral en Cataluña aparecen reflejadas en las acciones propagandísticas de los diferentes partidos sus preocupaciones fundamentales. No en vano, por ejemplo, los comunistas del PSUC bombardean las zonas industriales claves con su figura más potenciada, Santiago Carrillo; efecto que responde a la ya conocida causa de la escisión que sufrió este grupo, dando nacimiento al Partit dels Comunistas de Catalunya, ahora sus adversarios. No en vano tampoco, cada día que pasa, los enfrentamientos entre convergentes y socialistas aumentan de intensidad.

Se equivocan quienes decían que los prepactos ocultos entre los socialistas y el partido de Jordi Pujol para el futuro Gobierno central iban a endulzar la campaña electoral catalana.Está en juego al mismo tiempo la posibilidad de que unos desbanquen a otros dentro de cuatro años, cuando se vuelva a elegir al presidente de la Generalitat.

Dependerá de las urnas. que se avance o retroceda en el tablero electoral, porque sin duda de esa nueva posición dependerá el control de áreas de poder que se dirimirán en el futuro, como Parlamento, alcaldías o ministerios de la Generalitat.

Así pues, CiU ya ha centrado claramente su campaña en la contención de los socialistas, sin olvidar al partido de Heribert Barrera. El acto puntual protagonizado ayer por Roca, la presentación de un libro editado por el partido, bajo el título La LOAPA, una agresión contra Catalunya, se explica teniendo en cuenta el contexto citado. "Los propios partidos que crearon la LOAPA sienten ahora vómitos, ascos y náuseas ante ella", dijo el número uno de Convergencia. Aunque el dirigente de CiU recalcó que la presentación del libro no era "un acto electoral", para añadir que "los ciudadanos de Cataluña tienen suficiente información sobre esta ley ordenadora de las autonomías como para que haga falta recordársela de cara a las elecciones", en el ánimo de los presentes estaba la campaña electoral de Esquerra, uno de cuyos ejes centrales es el fuerte rechazo a la LOAPA.

La explicación de estas conductas podría estar en una encuesta encargada por el Ministerio del Interior, cuyos datos también están en la mesa del presidente Pujol. Según el sondeo, los convergentes van a aumentar los votos obtenidos en 1979; pero los socialistas catalanes seguirán siendo el primer partido, invirtiendo la situación creada a partir de 1980, cuando se celebraron las elecciones autonómicas y ganó CiU.