Citroën BX, Ford Sierra y Opel Corsa, entre las novedades más significativas del año

El coche que vive y que suena, según reza el lema publicitario, es decir, el BX Citroën, será presentado hoy en sociedad, en la puerta de Versalles parisiense, en presencia del presidente de la República Francesa, François Mitterrand, que inaugurará el 69º Salón del Automóvil, el más nutrido e importante de los últimos años. La crisis económica mundial también ha incidido en el mercado automovilístico, pero los constructores no son pesimistas cara a un futuro, que, en la mayor parte de las regiones del mundo, aún ofrece espacios vacíos.

Además del francés precitado, otras tres novedades ofrece este salón: los autos alemanes Opel Corsa (fabricado en España) y el Audi 100, y el americano Ford Sierra. Y también, claro, las innovaciones sin cuento de los modelos ya conocidos, destinados a rendir culto a la eficacia y a jalear los sentidos (el remozado Peugeot 505 le habla al conductor para advertirle de sus tonterías) del millón y medio de visitantes que espera acoger este salón.La feria automovilística 1982, en efecto, no escapa a la crisis que vapulea a todas las economías mundiales. El bache que atolla a las cuatro ruedas mágicas de la segunda revolución industrial ofrece sus peculiaridades propias; en primer lugar, acusa la saturación del parque automovilístico: en el mundo industrializado, las compras se basan, ya, esencialmente, en la renovación del coche.

Este hecho es patente en Estados Unidos desde el año 1960. ¿Quiere decirse que ha comenzado el declive de la era del automóvil? Ni mucho menos, o eso creen todos los interesados directamente en el negocio. En la actualidad, circulan por las carreteras del mundo 280 millones de coches. En 1960 la demanda ascendió a once millones de automóviles; en 1970, a veincuatro millones, y a 33 millones en 1980. Se calcula que, en 1982 se venderán 48 millones.

La cota más elevada de población automovilística es la de EE UU, con quinientos vehículos por mil habitantes. La Comunidad Económica Europea (CEE), tresócientos por mil. Oceanía, 370. En América Latina, 45; 32 en los países del Este Europeo; seis en Africa, y cinco coches por mil habitantes en Asia, Japón excluido. El futuro, pues, es de la exportación.

La 'invasión' japonesa

Japón, precisamente, es la tercera causa de la crisis. Durante la década de los años setenta, el elemento que realmente revolucionó la industria automovilística fue la invasión del coche japonés.¿Cómo? Con calidad y con precios entre el 10% y el 20% más baratos que los ofrecidos por los gigantes americanos (General Motors y Ford) y europeos (Fiat, Renault, Volkswagen, etcétera). El éxito japonés es quien ha forz ado la renovación de todos los demás constructores occidentales.

La crisis del automóvil es común a todos los países: la que fue una industria de crecimiento se ha convertido en industria de renovación y, por ello, deja de ser el motor del desarrollo del mundo avanzado. Nada será posible para la industria del automóvil de no montar en el tren de la tercera revolución industrial. La innovación eléctrica es el pan de cada día de las vísperas del año 2000.