Marilyn Monroe, la clase trabajadora y EL PAIS
El artículo a dos páginas que EL PAIS dedica a Marilyn, la carta de Tomás Rivero (14 de agosto de 1982) y la contestación de Justo Francisco Miranda Fernández (19 de agosto de 1982) me llevan a la consideración de que "no hay dos sin tres", y de que habría que matizar algo más el tema, o al menos no dejarlo donde lo deja Justo Francisco.Yo comprendo perfectamente la carta de Tomás Rivero. No se ve igual el mundo desde un tren de cercanías Móstoles-Madrid (Aluche), a las 7.30 horas, que en un CX Palas (por poner un ejemplo), en un andamio a 35º en verano, que en un despacho (máxime si es de ministerio, ayuntamiento, ente autonómico, etcétera, o sea, sin patrón- empresario- dueño directo), y claro, igual que no se ve de la misma forma el mundo, tampoco el papel de Marilyn.
Querido Justo Francisco: tú sabes perfectamente que la sociedad capitalista utiliza absolutamente todo lo que tiene a su alcance para conseguir sus fines, entre los que ocupa un privilegiado lugar (la razón de su existencia) el mantenimiento de sus tasas de beneficio, y naturalmente entre otros utiliza a la mujer. En 1962 era Marilyn, hoy es Bo Derek, o cualquiera de
Pasa a la página 8
Marilyn Monroe, la clase trabajadora y EL PAIS
Viene de la página 7 las que día a día nos bombardean desde todas las pantallas del llamado mundo libre.¡Y claro que hay obreros que disfrutan con su trabajo, pero a lo mejor disfrutaban más sabiendo a dónde y a quién van a parar los beneficios que produce ese trabajo con el que, según tú, esos supuestos obreros disfrutan tanto.
Pero donde se me rompen los esquemas es cuando dices que tú, a base de "echarle imaginación, algo de inteligencia y no poco optimismo" ha mejorado tu suerte. ¡Venga, Justo Francisco!, ¿estás pretendiendo decimos a todos los trabajadores de este país que no tenemos imaginación, inteligencia y optimismo?, ¿o es que a otras prácticas habituales de trepismo de todos conocidos se les Rama ahora así? Por favor, que todos conocemos lo que es la sociedad de "libre mercado" en la que nos movemos, y todos somos conscientes de quienes suben y quienes -en el mejor de los casos- se mantienen. Al margen de que la Marilyn fuera o no maja, lo que está claro es que fue una explotada más -consciente o no- del sistema capitalista, un objeto que como tal se nos vendió y con el que en su día todos soñamos un poco hasta que hemos despertado, y con la luz del día esos -y otros temas- se ven con claridad y ya no es posible el engaño ni el embobamiento, ni con Marilyn ni con nadie.
Disfruta con tu suerte, tu trabajo cómodo y tu horario flexible... pero, por favor, no intentes hacernos comulgar con ruedas de molino. /
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.