Los obispos españoles descartan la posibilidad de que se reduzca la visita de Juan Pablo II a España

Los obispos españoles trasladarán inmediatamente a Juan Pablo II el acuerdo al que han llegado los 31 prelados asistentes a la reunión convocada por la Comisión Permanente. La propuesta del cardenal Jubany de reducir sustancialmente el viaje, fue perdiendo fuerza a lo largo del día, y quedó finalmente descartada. Dado que la víspera de la reunión se desechaba un adelantamiento, sólo cabe la posibilidad de. que se mantengan las fechas o de que se aplacen.

El comunicado final, leído por el portavoz de los obispos, Antonio Montero, evita cuidadosamente toda formulación que permita entender qué es lo que han decidido. "Eso lo sabrá en las próximas veinticuatro horas un señor vestido de blanco que habita en Roma", decía el mismo portavoz por la mañana. En la conferencia de Prensa llamó la atención sobre el término convergente que se utiliza en el comunicado para significar el resultado de las deliberaciones. No hay que olvidar, en efecto, que inicialmente se barajaban tres posibilidades: un recorte del viaje, que era la postura defendida por el arzobispo de Barcelona; aplazarlo sin más, tal y como decía Alberto Iniesta, entre otros, y mantener íntegramente el plan previsto, como defendía el cardenal de Toledo. La hipótesis de un adelantamiento del viaje era desestimada el viernes pasado por Fernando Sebastián, debido a las dificultades técnicas que eso comportaba, particularmente en lo referente a la seguridad del Papa, "una de las personas más amenazadas del mundo", añadía.Los obispos ofrecen al Papa una postura común

En previsión de que no fuera posible alcanzar un acuerdo durante la reunión de ayer, los portavoces de la Conferencia Episcopal hablaban de trasladar a Roma las distintas hipótesis que llegaran a la reunión. Ese acuerdo ha sido posible, de ahí la insistencia del portavoz episcopal en el término convergente, que en una lectura normal podía pasar inadvertido.

El comunicado reza así: "El coloquio de los obispos ha resultado enriquecedor y convergente, en orden a ofrecer al Santo Padre unos elementos de juicio que faciliten su decisión final, con pleno conocimiento de causa". Y, aunque en vísperas de la reunión se desmintió la noticia de que los obispos pudieran enviar un delegado a Roma para explicar la resolución al Papa -sin que se negara la posibilidad de que tal medida fuera tomada a lo largo de la reunión-, se ha decidido que Díaz Merchán y Fernando Sebastián, presidente y secretario de la Conferencia, respectivamente, se desplazarán próximamente a Roma para zanjar el asunto.

Esa convergencia también se reflejaba en las evasivas a la pregunta del periodista: "Ustedes, ¿qué han decidido?" Tarancón salía sin mirar a diestra ni siniestra. El arzobispo de Santiago, vasco de origen, invocaba su derecho a una respuesta a la gallega. Todos remitían al comunicado oficial.

Sólo un obispo mesetario reconocía sencillamente "que la propuesta de Jubany empezó con fuerza, pero acabó perdiéndola a lo largo del debate. Sí", añadía, "el Papa hará el viaje completo,como estaba previsto". Había que saber si vendría en las fechas ya anunciadas, esto es, del 14 al 20.

Que sigan los preparativos del viaje

El comunicado añade: "Los obispos españoles reiteran firmemente su deseo de que el Santo Padre venga a España y de que pueda realizar aquí todos los objetivos pastorales de su visita". Ya que la crisis actual obedece a que un viaje papal de Juan Pablo II, de quien se ha dicho que "vive su pontificado como una permanente campaña electoral",puede ver comprometidos sus objetivos pastorales al coincidir con lo más caliente de la campaña electoral de los políticos españoles; para superar ese escollo, los "obispos se comprometen a trabajar conjuntamente por la recta comprensión y por el máximo provecho religioso y moral de ese acontecimiento", al tiempo que recomiendan encarecidamente "que prosigan sin desfallecimiento en su tarea".

Todos estos pensamientos invitan a pensar que las cosas deben producirse de una manera aproximada a como estaban previstas, aunque inmediatamente se recuerda que todavía no se ha dado a conocer oficialmente ni la fecha ni el programa de la visita. Los obispos concluyen pidiendo a los católicos que sigan atentos "mientras nos llega la palabra final del Santo Padre sobre su visita pastoral a España".

Ayer por la mañana tuvo lugar la anunciada manifestación. Un centenar de personas, niños en su mayor parte, coreaban frases como "España espera que estés dos semanas enteras", hasta que alguien les corrigió que lo previsto era una semana, más o menos. Mientras unos repartían ejemplares retrasados del Ya, con un editorial favorable al viaje, otros distribuían estampitas del Papa, con la inscripción Totus tuus, santo y seña de la presencia mundial del Opus en los viajes del Papa.

A la vista de que Marcelo González no accedía a los deseos de verle, expresados en una carta que se le hizo llegar, el último grupo optó por marcharse mientras desplegaba la bandera nacional. Los jóvenes lamentaban "lo mal que se había organizado esto. Si nos lo dicen a nosotros antes, venimos quinientos".

A la calle de Añastro, sede oficial de la Iglesia católica, siguen llegando telegramas y cartas. Unas, a favor, y otras, en contra, como la de las Comunidades Cristianas Populares, para quienes en las circunstancias actuales "es absolutamente imposible una visita pastoral".