No hubo metralletas

Como asiduos lectores de EL PAIS, nos hemos visto sorprendidos por la desafortunada versión de los hechos acaecidos en la playa de Los Caños de Meca (Cádiz) el pasado 12 de agosto, según expresaba en, carta publicada por EL PAI S el pasado día 26, bajo el título "Desnudos y metralletas", Enrique Castaño González.Queremos hacer una serie de aclaraciones en honor a la verdad sobre el citado incidente. Testigos presenciales pertenecientes a esta comunidad relatan una muy distinta versión de los hechos.

Esta playa no está catalogada. oficialmente como nudista, y la calificación de "oficiosamente nudista" la vemos como totalmente subjetiva. La legislación española vigente es totalmente clara en este aspecto, en contra de lo que afirma Castaño. La zona de playa en que se produjeron los incidentes (Las Cortinas) el pasado día 12 es refugio habitual de presuntos maleantes, drogadictos y homosexuales, viviendo en cuevas y tiendas de caña improvisadas durante toda la época estival, en condiciones higiénicas deplorables. Por, las noches, y durante los últimos años, estas- personas van al poblado de Los Caños, produciendo terror en los residentes por mendicidad con amenazas, comercio de droga blanda y dura y provocación en lugares públicos a la juventud veraneante.

Estas situaciones motivaron en junio de 1981 la solicitud de esta comunidad al gobernador civil de Cádiz de protección por parte de la Policía Nacional, que fue enviada, tanto el pasado verano como éste de forma inmediata. La situación ha mejorado en un 80%, pero digamos que queda un reducto de un 20% de gente de mal vivir precisamente en la playa de Las Cortinas, lugar, por su belleza, visitado de toda la vida por turistas y familias normales hasta la aparición de dichos sujetos.

El 12 de agosto pasado no hubo ningún tiro por parte de la Policía Nacional. Sí es cierto que un agente empuñó su pistola reglamentaria, como medida preventiva, al entrar en una cueva oscura, en la que se había ocultado un grupo de nudistas en actitud de mofa y rebeldía ante los correctos requerimientos de identificación por parte de los agentes.

De otra parte, nos consta que la práctica totalidad de los detenidos por la Policía Nacional, tanto en 1981 como en 1982, resultaron ser individuos con amplio historial delictivo y reclamados por juzgados de toda España, a los que fueron requisadas drogas y armas. Esta comunidad, en postura totalmente cívica y democrática, no sólo está de acuerdo con la presencia y actuación de la Policía Nacional, sino enormemente agradecida a ella, porque, sin su presencia, la pacífica convivencia en libertad en esta aldea sería prácticamente imposible.

Dada la difusión e imparcialidad de que goza EL PAIS y, por tanto, el daño inmerecido al prestigio de la Policía Nacional que podría haber ocasionado la carta de Castaño, solicitamos la publicación de esta carta en el diario de su digna dirección. /

y cuatro firmas más, en representación de los vecinos de