El Madrid no jugará la final de su torneo
El Real Madrid, ganador de los tres torneos veraniegos en que había intervenido hasta ahora -La Línea, Vigo y Cádiz- no disputará siquiera la final del suyo. Aunque fuese en la serie de penaltis, Di Stéfano tuvo el primer traspiés como entrenador en su debú ante la parroquia de Chamartín. Mereció el triunfo por su buen juego en bastantes momentos de la primera parte, tras recuperarse del gol en frío rival, pero fue a menos según avanzaba el partido, sin favorecerle en absoluto la dureza surgida con las lesiones de Wendt y Del Bosque, hasta terminar completamente desdibujado con los cambios. El Standard de Lieja, con el típico juego belga a la contra, en rachas de acordeón a la búsqueda siempre del fuera de juego colectivo desconcertante para el contrario, mantuvo el tipo durante el partido y aprovechó que dos tiradores europeos, Metgod y Stielike, le pusieron en bandeja la clasificación con sus primeros fallos en los máximos castigos.El conjunto blanco, quizá para su consuelo, no tendrá hoy como rival al Hamburgo, que ayer pasó por encima del Girondins de Burdeos. Del equipo tutelado por Netzer, actual campeón de la Bundesliga alemana, ya tiene amargas referencias el Madrid, que fue apisonado hace unos años en la Copa de Europa Como Di Stéfano ha comentado días pasados, le parecía excesivo jugar cuatro partidos en cinco días y, efectivamente, parece un desastre de programación. Y más aún si los rivales son de entidad, como la Real Sociedad y el Standard, ambos con gran disciplina defensiva, y el segundo, sobre todo, con excesiva dureza. Las consecuencias ya se han visto: Del Bosque, lesionado en el tobillo izquierdo, con un esguince -si no es más- por una plancha de Geurts, un oscuro delantero que salió a vengar la lesión de Wendt, también cazado por Bonet , previamente. El Trofeo es una simple preparación para la Liga y al Madrid, le ha salido caro.
Para estar algo contento, el equipo blanco deberá acordarse de la primera parte de ayer, a partir del minuto 22. Triangulando bien las acciones, con apoyos y paredes al primer toque, sacó fuerzas para dominar a un difícil Standard. El cuadro belga había marcado a balón parado, pero su juego de contraataque, ejemplo de combinaciones prácticas con el mínimo de hombres, era un peligro potencial. Y tampoco resultaba fácil superar sus defensa -al margen de que los extremos es una especie a extinguir- pues no la descuidaba nunca. Aunque Di Stéfano salió con las clásicas dos puntas, Juanito y Santillana, y la mayoría de las veces sólo con este último, el Standard mantuvo siempre a los cuatro defensas atrás. Ni siquiera Gerets, el capitán, especialista en subir al ataque, lo practicó anoche.
A los 22 minutos, Metgod avisé con un tremendo disparo. A los 24 Angel. El Madrid, asentado ya en el medio campo, rondó el gol y lo logró por el método tradicional de la cabeza de Santillana. Después, Camacho, Salguero, y, sobre todo, Juanito, perdieron la oportunidad de rematar el encuentro. Y hubiese sido merecido, porque, aparte del gol, los peligros belgas fueron contados. Agustín, en el dificil papel de esperar el fusilamiento en un contraataque esporádico, salvé bien, aunque con apuros, las tres ocasiones ante unos especialistas en los tiros y en los centros para los remates de cabeza que dejan a media salida al guardameta.
En defensa, aparte del descuido de Bonet en el gol, Juan José brilló más que Camacho, porque a igualdad en los marcajes a Tahamata o Grundel, que se intercambiaron, curiosamente, de banda, y de posición retrasada o adelantada, cada cierto tiempo, el gaditano, que puede hacer mucho daño subiendo al ataque, superó a su compañero. Mereció un gol nada más comenzar la segunda parte, rompiendo el fuera de juego rival al subir en solitario. Salguero puede funcionar de libre y la teoría de mantener a Stielike en la media, pese a que ayer falló más de lo acostumbrado, incluido el penalti, no está descaminada, porque el Madrid sigue necesitando un motor de explosión para ir al ataque. El de arranque, sólo teóricamente lento, pero seguro -si se recupera- sigue siendo Del Bosque. Metgod es útil y tiene radio de acción, pero le falta garra para estallar. Parece el jugador ideal de apoyo, como Angel, que vuelve a estar ahí. Uno, el holandés, es el obrero de más alcance, señorito, y el otro, a destajo.
Delante, con Santillana más en forma, volvió el Juanito individualista y reteniendo en exceso el balón, que no tuvo su día. Además, es el prototipo de jugador ideal para ser secado por la defensa belga, pegajosa, pero flotante y de apoyo cada vez que aquel consigue salir de un regate. El público, de todas formas, como también es habitual, la tomó con él y se puso aún más nervioso.
Sin embargo, es indiscutible que cuando Juanito fue sustituido, unida a la ausencia de Del Bosque y de Santillana, todo fue peor. Hasta la suerte. Es un dato más. El tuerto seguirá siempre siendo el rey entre los ciegos, aunque un día vea peor.
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