Alberto Muñagorri regresó a casa después de recibir el alta médica
A las 17.20 horas de ayer, domingo, y casi de sorpresa, una ambulancia trasladó al niño Alberto Muñagorri desde el hospital de la Cruz Roja, en San Sebastián, hasta su domicilio en Rentería, una vez que los doctores que lo han atendido desde el 26 de junio último, fecha en que resultó gravemente herido al ser alcanzado por la explosión de un artefacto que había colocado ETA Militar.
Después de 63 días de permanecer postrado en la cama de la habitación 212 del citado hospital donostiarra, Alberto volvió a su barrio, a su casa, tras haber vivido días amargos, preocupantes y aburridos con la mirada puesta en el día en que los doctores le permitieran regresar a su casa, a jugar con sus amigos y a saludar de nuevo a su querido perro Negus.Ese día fue ayer. Subió, ayudado por sus padres y personal de la Cruz Roja, las escaleras del portal número dieciséis de la calle Magdalena, en el pueblo guipuzcoano de Rentería. Ya desde el portal escuchó Alberto los ladridos de su perro Negus, que más nervioso de lo habitual no paraba de ladrar.
Minutos después de llegar a casa, EL PAIS se ponía en contacto telefónico con Alberto Muñagorri. El niño estaba más hablador que nunca, más contento, más simpático y sobre todo con ganas de bromas. En primer lugar manifestó que para él había sido una sorpresa el que ayer domingo lo trasladasen a casa, ya que según le dijeron el pasado viernes no sería dado de alta hasta el próximo martes o miércoles.
Dijo que le habían traído en una ambulancia muy grande pero que le había desilusionado un poco el viaje "porque la ambulancia iba muy despacito y no hacía sonar las sirenas".
Alberto comentó que ya tenía en su casa todos los juguetes que le habían regalado, así como un enorme montón de tebeos que le habían enviado los niños de toda España, por lo que todos no cabían en su habitación y estaban ocupando la habitación de uno de sus hermanos.
Alberto Muñagorri manifestó a EL PAIS que a partir de hoy, lunes, tendrá que ir todos los lunes a San Sebastián al hospital de la Cruz Roja para realizar ejercicios de recuperación y que espera muy pronto caminar él solo y poder volver al colegio para estar con todos sus compañeros de clase, a los que tiene muchas ganas de volver a ver. Preguntado sobre qué va a hacer con el enorme montón de juguetes, dijo que iría regalando a sus amigos del barrio y sobre todo a los que sus padres no se los pueden comprar porque están en el paro, aunque añadió que algunos juguetes los guardaría durante toda su vida como recuerdo de este triste accidente. Por ejemplo los que le envió el presidente del Gobierno vasco, así como el alcalde de San Sebastián, Jesús María Alkain, y los de una amiga de Murcia. También guardará la colección de discos de su grupo favorito, Parchís, que le había enviado el director de la casa de discos Belter. Asimismo indicó que colgaría en la pared los regalos que le han efectuado los jugadores de la Real Sociedad, del cual es un gran hincha. Precisamente anoche se disponía a ver en la televisión el partido de su equipo con el Real Madrid en el trofeo Carranza. Finalizó Alberto diciendo que quería agradecer a través de EL PAIS a todas las personas que le habían enviado cartas y regalos.
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