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Programa especial de cine

Homejaje al bailarín y actor Fred Astaire

El 10 de abril de 1981 el actor, cantante y bailarín Fred Astaire, de 83 años de edad, recibía en Beverly Hills (Hollywood) el Premio AFI, que otorga el American Film Institute a personas que se han destacado a lo largo de una brillante vida profesional. Este homenaje fue recogido en un programa que se emite esta noche durante dos horas. El Premio AFI, fundado por George Stevens, hijo, hace que Fred Astaire forme parte de ese círculo restringido de galardonados como James Stewart, Henry Fonda, Bette Davis, Alfred Hitchcock, Orson Welles, James Cagney, John Ford y William Wyler.

El programa recoge fragmentos de la gala-homenaje que se celebró en el curso de aquella cena en la que actuó como maestro de ceremonias, David Niven, el popular actor inglés, y a la que asistieron estrellas tan conocidas como Gene Kelly, Audrey Hepburn, James, Stewart, Charlton Heston, Cyd Charysse, Eleanor Powell, Bob Fosse y Barrie Chase. Pero el espacio no se limita a mostrar aquella reunión, sino que incluye secuencias de largometrajes clásicos en los que Fred Astaire baila con algunas de sus excepcionales compañeras como Eleanor Powell, Audrey Hepburn, Leslie Caron, Cyd Charisse y, naturálmente, la que formó con él la pareja más popular del musical de los años treinta: Ginger Rogers.

Toda una vida

Se puede decir que Fred Astaire aprendió antes a bailar que a andar. Cuando tenía apenas cinco años, en 1904, debutó en el teatro junto a su hermana Adela con la que formaría ya su primera pareja de baile, unión que duraría veinte años.En 1933 consigue su primer papel en el cine con la película Alma bailarina, en una secuencia en la que Joan Crawford coquetearía vanamente con el género musical.

Fue ese mismo año cuando él debutó con Ginger Rogers en Volando a Río de Janeiro, de Mark Sandrich, para poco más tarde llegar a La alegre divorciada, película en la que divulgaron la carioca, baile que se convertiría en todo un éxito, primero quizá de una larga serie de éxitos que les consagraron como pareja.

Fueron imprescindibles en su época, testimonio directo del optimismo con que se quiso impregnar el plan económico de Roosevelt, el New Deal.

La unión artística de ambos duraría seis años, llegando a realizar hasta nueve películas juntos; un buen día, Ginger Rogers decidió continuar en solitario como actriz dramática con pretensiones no siempre alcanzadas, aunque lo cierto es que la bailarina continúa protagonizando actuaciones porsonales, mientras Fred Astaire ha optado por un mediano retiro.

En el próximo festival de cine de San Sebastián, la anunciada presencia personal de Ginger Rogers es un buen testimonio de ello.

Por su parte, Fred Astaire siguó cosechando éxitos: cuando la actriz se independizó, él ya había intervenido junto a Eleanor Powell en Melodías de Broadway 1940 (con el famoso número Beguin the beguine), y demostró que también podía bailar con Leslie Caron en Papá piernas larga, y hasta con Audrey Hepburn en Una cara de ángel, versión cinematográfica de su viejo éxito en Broadway, Funny face, de Gershwin, que había estrenado Fred en su día, con su hermana Adela, en el teatro Alvin, en noviembre, de 1927.

Al llegar a la década de los sesenta, el nombre de Fred Astaire era ya historia para el musical cinematográfico.

Y es entonces cuando el actor se pasa a la pequeña pantalla montando sus propios shows y programas dramáticos, que alterna con alguna esporádica vuelta al cine donde, en ocasiones, el propio actor recuerda sus años de gloria, corno en Erase una vez en Hollywood, su última aparición ante las cámaras, junto a su más claro sucesor, Gene Kelly.

Fred Astaire se emite hoy, a las 21.35, por la primera cadena.

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