La Compañía de Acción Teatral vive la tragedia de la pérdida del material escénico de 'La mojigata'

El material escénico de La mojigata, de la Compañía de Acción Teatral dirigida por Juan Antonio Hormigón en la que Rosa Vicente es actriz principal, ha quedado inservible a consecuencia del incendio que se produjo el pasado 31 de julio en la empresa de transportes Ochoa (véase EL PAIS de ayer). Con esta obra de Leandro Fernández Moratín, la Compañía representó a España en el Festival de las Naciones de Venecia, el año pasado, recorrió después varias capitales españolas y preparaba una gira por México y Estados Unidos para el próximo otoño. El fuego ha frustrado tales proyectos y puesto en peligro el futuro de la Compañía teatral. En la entrevista que mantuvo ayer Rosa Vicente con el director general de Música y Teatro, Juan Antonio Cambreleng recibió promesas de ayuda, pero condicionadas a la ampliación del presupuesto y a su permanencia en el cargo.

La rampa se abre, negra como boca de lobo hacia los sótanos enormes. Despide un inconfundible olor a chamusquina. Hace más de una semana que ocurrió el incendio y todavía persiste la acre pestilencia de las bobinas de celofán que alimentaron el fuego. Cuando la vista se habitúa, tras el primer impacto de la oscuridad salpicada de bombillas amarillas, se descubren sus informes vestigios; aglomeraciones carbonizadas imposibles de identificar, embalajes de cartón semidestruidos, montones de vasos y platos de plástico esparcidos por el suelo. Es una visión fantástica: perfecta escenografía de un siniestro.Contra el muro se apilan incongruentes paneles de falsos sillares, pórticos y arcadas espolvoreados de hollín, grandes espejos cegados por el humo, armazones de madera. Dentro de una bolsa de lona, un haz de programas de mano que parecen patéticamente inútiles y abandonados.

Alcance de los daños

Es todo lo que queda, deteriorado e inaprovechable, del mundo material que arropaba la recreación de La mojigata, un elaborado montaje sobre el espíritu de la Ilustración, basado en la imagenería goyesca y en los textos de Leandro Fernández Moratín.Cuando, hace dos domingos, Rosa Vicente leía el periódico en Tarragona, un titular reclamó su vista: Grave incendio en los almacenes Ochoa. Era el nombre de la empresa de transportes y mudanzas donde estaba depositado el material escénico de La mojigata esperando ser embarcado para México el próximo mes de septiembre. Inmediatamente llamó a Madrid para conocer el alcance de los daños. Le dijeron que posiblemente sus cosas no habrían sufrido mucho pues se encontraban bastante alejadas del fuego, al resguardo de una cubierta de lona.

"Con esa esperanza volé a Madrid", cuenta Rosa Vicente. "Pero al levantar la lona vimos enseguida que todo se había perdido; empapado de agua, lleno de humo y hollín. En el proyector del equipo quedaba una diapositiva puesta, una imagen del escenario general de la obra. La cogí con dedos temblorosos y tímidamente pregunté, ¿me la puedo llevar?, pensando que, tal vez era lo único que quedaba de La mojigata para mí. Estuve a punto de llorar, pero haciendo un esfuerzo, me contuve. Era la única mujer presente y tenía que aguantar el tipo".

La destrucción del material escenográfico de La mojigata representa para Rosa Vicente, Juan Antonio Hormigón y su Compañía de Acción Teatral, algo más que una pérdida. económica cuya cuantía deben evaluar todavía los peritos del seguro. Representa también algo más que la fustración o inevitable aplazamiento de su gira prevista por México y Estados Unidos. Es su medio de vida y de trabajo lo que el fuego ha inutilizado sin llegar a consumir. La infraestructura teatral que les permitiría emprender nuevos proyectos como el montaje de La de San Quintín, de Benito Pérez Galdós, que pensaban incluir en su repertorio.

Siete años de acción teatral

Creada por Rosa Vicente y Juan Antonio Hormigón en 1975, la, Compañía de Acción Teatral debutó con Un hombre es un hombre, de Bertolt Brecht que se estrenó en el Teatro Municipal de Gerona con escenografía y vestuario de Fabiá Puigserver. En 1979, montó Los fabulosos negocios de Ivar Kreuger, de Bergquist y Bendrik, obra con la que realizó una. campaña de difusión teatral por los barrios de Madrid y, seguidamente, una gira por España y Portugal. Con una adaptación de Un día memorable en la vida del sabio Wu, pieza popular de la antigua China, participó, en 1980, en el Festival de Hospitalet y en la programación de verano del Real Coliseo de Carlos III de El Escorial.Al monta e de La mojigata la Compañía de Acción Teatral incorporaba nuevos elementos expresivos a la anécdota central de la comedia por medio de un complejo aparato escenográfico que se fue enriqueciendo a lo largo del tiempo de representación.

Las figuras goyescas realizadas por el escenógrafo Tomás Adrián eran uno de los elementos más va liosos del conjunto, inutilizados por el fuego. Lo mismo puede decirse de los dos grandes espejos giratorios y deformantes o de los extensos telones que formaban parte de la escenografía.

Por otra parte, la exposición sobre Moratín y el teatro de la Ilustración, formada por veinte paneles que completaban la visión del espectáculo con un fondo gráfico y documental, ha resultado igualmente destruida en el incendio.