Un vasto plan de rearme convertirá a Japón en la sexta potencia militar mundial
El Gobierno japonés aprobó ayer un plan que se desarrollará en cinco años dirigido a reforzar todo su sistema defensivo con un aumento muy importante del número de tanques, barcos y aviones de combate. El programa aprobado por el Consejo Nacional de Defensa, órgano ministerial del Gobierno presidido por el primer ministro, Zenko Suzuki, prevé la utilización de un presupuesto global para los cinco años de unos 64.000 millones de dólares (alrededor de seis billones y medio de pesetas) que se destinarán a la compra de 373 carros de combate, 49 barcos y submarinos, 50 aviones antisubmarinos y 75 aviones de combate F15.
Con la aplicación de este plan de rearme, Japón se convertirá en la sexta potencia militar del mundo, detrás de Estados Unidos, la URSS, el Reino Unido, China y Francia.El proyecto pretende, particularmente, la mejora de la defensa aérea, antisubmarina y de las costas, y señala la importancia que tiene para Japón la mejora de su logística, fundamentalmente de sus instalaciones de entrenamiento en materia de guerra electrónica.
El ejército de tierra verá ampliado su material, además de los 373 tanques, con 354 cañones, 240 vehículos blindados y 78 lanzamisiles anticarro. Recibirá también 150 helicópteros provistos de material anticarro, de transporte o de reconocimiento.
Para la armada está prevista la construcción de 49 nuevos barcos de los cuales serán 14 destructores y 6 submarinos, y 125 aviones; entre ellos, 50 aparatos dotados para el combate contra submarinos.
La fuerza aérea recibirá 75 aviones de combate F-15, que elevará a 138 el número total de estos aparatos de que disponen las fuerzas armadas japonesas, más 30 aviones de apoyo; entre ellos, 6 F-1 y 8 de transporte EC-130.
Todas estas compras serán revisadas a los tres; años en función de la evolución de las necesidades.
La Agencia Nacional de Defensa, que ha elaborado el proyecto, anunció que para la aplicación del mismo los gastos japoneses para este sector superarán la barrera del 1% del producto nacional bruto, que el Gobierno nipón se había esforzado hasta ahora por no sobrepasar. Este año, los gastos de defensa fueron de 10.200 millones de dólares (más de un billón de pesetas), equivalentes al 0,93% del producto nacional bruto.
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