Moorcroft volvió a acreditarse como un superdotado en el 3.000 de Londres

El intento por batir el récord mundial de 3.000 metros lisos en el encuentro de ayer, disputado en el Crystal Palace de Londres, fracasó a causa de la liebre. A pesar de ello, el inglés Davis Moorcroft, el atleta que recientemente asombró con su récord mundial de 5.000 metros, estableció un nuevo récord europeo. Ante primeras figuras mundiales, de las que solo faltaron Sebastian Coe, Henry Rono y José Luis González, ofreció una exhibición de fuerza y volvió a ofrecerse como principal candidato a ser el atleta del año. España, en este encuentro, en el que se enfrentó a Inglaterra, Kenia y Japón, mantuvo un tono discreto. Moracho y Corgos vencieron en sus pruebas.

El 3.000 fue la prueba estelar del encuentro, que tuvo mucho de festival, por cuanto que se invitó a primeras figuras mundiales. Esta carrera fue la que cerró el programa y sus participantes fueron presentados al público con especial énfasis. La cita de estrellas comprendió a Moorcroft, Ovett, Maree, Walker, Scott, Wessinghage y Boit. Solo faltaron, por lesión, Coe y González, además de Rono, en el que ya son habituales las espantadas, pese a que ayer tenía que haber estado en la pista por participar su país, Kenia, en el encuentro.El objetivo de montar un 3.000, que sustituyó al 10.000, al igual que la milla se corrió en lugar del 1.500, fue batir el récord mundial, en posesión de Rono con 7.31.1. Para ello se contaba con los principales mediofondistas del mundo y un protagonista de relieve, David Moorcroft, el nuevo ídolo inglés que ha llevado el récord mundial de 5.000 metros al borde de la barrera de los trece minutos. Como liebre se contrató a un modesto atleta norteamericano. Comenzó la carrera y Boit tomó la cabeza inmediatamente, a la espera de que la liebre saliese. Incluso frenó el ritmo y volvió la cabeza para ver qué pasaba con el hombre que había adquirido el compromiso de lanzar la carrera. A los 250 metros apareció pero ya se habían perdido unos segundos preciosos para la consecución de un nuevo récord mundial. La liebre se retiró al paso por el 1.500, con un tiempo de 1.47, y Moorcroft tomó el mando. Des entonces lo hizo ya todo él solo. Su ritmo fue dejando atrás a Ovett, incluso a Scott, el atleta que amenaza el récord mundial de la milla, y en la última vuelta disputó un final glorioso con el estadounidense Maree. Este le pasó en la última curva, Moorcroft había agotado ya sus reservas pero la raza, la sangre que hace llegar hasta la extenuación a los fondistas británicos, salió a relucir y ganó con 7.32.79, 58 centésimas menos que Maree y casi tres segundos menos que el récord europeo que tenía su compatriota Foster.

Por lo que respecta a la actuación española, en la que Torres y Esparcía no tuvieron nada que hacer en el 3.000, los destacados fueron Moracho y Corgos, vencedores en 110 vallas y longitud con unas marcas de 13.94 y 7,78, respectivamente. Le siguieron en méritos Trabado con 1.46.03 en 800 y Alonso con 50.55 en 400 vallas, ambos segundos. Terceros fueron Cerrada en 5.000 con 13.43.71, Heras en 200 con 21.30, Abascal en la milla con 3.57.25 y Domingo Ramón en 3.000 obstáculos con un tiempo inferior a 8,23.64. El mérito de estos atletas estuvo en que superaron a rivales con mejores marcas acreditadas que ellos, merced a que compitieron con gran valentía