Calvo Sotelo reconoce en su discurso su incapacidad para resolver los problemas del partido
Leopoldo Calvo Sotelo, presidente del Gobierno y presidente dimisionario de UCD, reconoció ayer en su discurso ante el Consejo Político de Unión de Centro Democrático, que se reunió a las 17.15 horas de ayer en un céntrico hotel, madrileño para estudiar la situación actual del partido, su incapacidad para resolver los problemas centristas. "Recibí una UCD con problemas y entrego una UCD con problemas que no he podido resolver", afirmó el presidente del Gobierno. Calvo Sotelo abrió la sesión con un discurso en el que resumió la situación política actual señalando: "Ya estamos de hecho en la campaña electoral".
"Esa convocatoria electoral próxima orienta unánimemente al partido, y con él también al Gobierno, hacia un sólo objetivo: ganar las elecciones. Que un hombre se dedique a esa sola tarea del partido parece aconsejable en esta situación preelectoral", dijo Calvo Sotelo, quien recalcó que en estos momentos previos a las elecciones, el partido tiene primacía sobre el Gobierno."Recibí una UCD con problemas y entrego una UCD -con problemas que no he podido resorver", manifestó el presidente quien dijo también que en las últimas semanas había decidido que su colaboración más eficaz para resolver estos problemas era ofrecer su renuncia al partido y sugerir un candidato para sucederle en la persona de Landelino Lavilla. "No necesito ante vosotros ni presentar ni elogiar a Landelino; sólo quiero decir que nuestra experiencia conjunta en las elecciones de Andalucía me ha confirmado en la valoración de su temple, de su inteligencia y de sia capacidad de persuasión. Landelino es, como yo, un hombre esencialmente de centro y coincidinios en el entedimiento del partido y su estrategia. No habrá, no puede haber, discrepancias entre los dos: cada uno en su ámbito uniremos nuestras fuerzas para presentar a UCD animosa y victoriosamente a las elecciones próximas".
Calvo Sotelo reafirmó la vigencia del proyecto político de centro y dijo que en UCD está el mejor equipo humano de la política española. A continuación elogió talnbién al secretario general del partido, Iñigo Cavero, "un hombre en el buen sentido de la palabra bueno". "Tened la certeza", dijo, "de que dejo la presidencia de UCD sin reproches para nadie y sin otra amargura que la que todos compartimos porque la situación no sea mejor". Concluyó prometiendo todo, su apoye, al nuevo presidente del partido "si le dáis vuestro voto".
Esta relativamente breve intervención de Leopoldo Calvo Sotelo fue contestado por un largo discurso -35 folios- del secretario general Iñigo Cavero, en el que se trazó una dura crítica spbre la situación actual en UCD.
Cavero arrancó en su discurso del fracaso en las elecciones andaluzas para subrayar la mala situación que atraviesa el partido centrista y los riesgos que, debido a esta situación, se corren. Entre estos riesgos, dijo Cavero, el menor no es la pretensión de algunos de hacer escorar UCD hacia el centro-derecha.
Cavero respondió a los elogios que le había dirigido antes Calvo Sotelo reconociendo su positiva labor a lo largo de los siete meses en que ha ocupado la presidencia de UCD: "Leopoldo Calvo Sotelo es un hombre en extremo inteligente y honesto, dedicado de pleno al partido, como lo demostró sobradamente en la campaña electoral andaluza".
El secretario general del partido tocó, algo de pasada, el problema de las rumoreadas fugas de militantes centristas hacia otras formaciones: sin referirse concretamente a los casos de Oscar Alfaga o de Adolfo Suárez, Cavero dijo que "no podemos esperar a qu quienes tienen pretensión de abandonar el partido sigan deshojando la margarita de si se van o se quedan, si se tienen que dar salidas del partido cooperemos a que se produzca el deslinde ideológico".
En otro momento de su largo discurso, Cavero se refirió a la necesidad que tiene UCD de "asegurar una oposición parlamentaria". inmediatamente, y tal vez para contrapesar la pesimista visión de fondos que rezumaba todo su parlamento, Iñigo Cavero facilitó algo triunfalistamente, algunas cifras que, según él, demuestran que "con todos sus problemas y sus crisis, hoy UCD sigue siendo la primera organización política de España", gracias básicamente los 145.000 afiliados que no se han dado de baja en el partido.
Necesidad de recuperar la credibilidad perdida
La parte más extensa e importante del discurso de Cavero se centró en la necesidad que tiene el partido de recuperar su credibilidad perdida: "Esa credibilidad", dijo el secretario general, "sólo se recupera mediante una profunda modificación de los comportamientos. Podemos hacer un excelente programa de gobierno, cara a las próximas elecciones, pero no servirá de nada si no recuperamos la credibilidad".Cavero citó tres requisitos para que se produzca un verdadero, cambio de actitudes y de fondo en el partido: hay que recuperar la lealtad al partido, dijo en primer lugar; hay que mantener un propósito de recuperación de la credibilidad; y, en tercer lugar, hay que mantener una conducta política que se acople a ese propóisto de recuperación de la confianza del electorado en UCD.
Otro punto destacado en la in tervención de Iñigo, Cavero se refirió a la necesidad de "generar un estado de opinión en el partido para crear una confianza interna entre nosotros mismos." "Para ello, hay que cambiar el sentido de la disciplina", sugirió.
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