Desciende la intensidad de la ola de calor que afecta a varias provincias españolas

Los vientos del Sur que el miércoles atrajeron hacia España la mayor ola de calor de los últimos años, llevan camino de desviarse tras el desplazamiento de una bolsa de aire frío hacia el centro de la Península. Las temperaturas fueron, por esta razón, ayer ligeramente inferiores a las registradas el miércoles, y esta tendencia se acentuará a lo largo del día de hoy, según el Instituto Nacional de Meteorología. Ello no impidió que en numerosas zonas se produjeran incidentes, causados por la ola de calor, y que van desde el incremento de los trastornos gastrointestinales hasta escenas de pánico en el poblado gitano de la localidad gerundense de Figueras.

Los tórridos vientos del Sur se han abatido sobre las comarcas gerundenses, provocando temperaturas de hasta 39' de máxima a la sombra, según informes del centro meteorológico del aeropuerto de Vilobí. En la noche del día 7 la mínima no bajó de los 30º, batiendo todos los records del lugar desde el año 1931, informa .Las consecuencias han sido diversas y van desde la provocación de numerosos casos de insolación, tanto en la Costa Brava como en el interior, hasta episodios de pánico, como el protagonizado por la colonia gitana de la ciudad de Figueras, donde residen un millar de familias, muchas de las cuales habitan en barracas metálicas. El fortísimo calor hizo creer a los calés que se trataba de un aviso especial del cielo para anunciar la llegada del fin del mundo, por lo que un centenar de estas familias optaron por salir de sus casas y marcharse al río a esperar y rezar.

Otra consecuencia del calor, en ésta como en otras provincias, ha sido la provocación de numerosos incendios forestales, lo que obligó a los parques de bomberos a realizar numerosas salidas.

Alicante registró ayer, con 34º en la ciudad y 37º en el aeropuerto del Altet, las temperaturas más altas de los últimos tiempos, si bien el miércoles se llegó a los 35º, y por la noche, en el centro, a los 30º. Estas temperaturas son, según el Observatorio Meteorológico de Alicante, sensiblemente superiores, comparadas a las de los años inmediatamente anteriores, sensiblemente, informa Pere Miquel Campos.

En la residencia sanitaria Veinte de Noviembre, de esta misma ciudad, fueron atendidos ayer varios casos por lipotimias y mareos, que aunque no revistieron gravedad, obligaron a someterles durante un tiempo a observación en los servicios de urgencia del centro sanitario.

Como medida para paliar el bochorno, no es extraño ver durante estas noches a centenares de alicantinos que, con sus familias, pasan varias horas a la orilla del mar, incluso con fiambreras y bocadillos, para buscar un poco de fresco que alivie los rigores del "cálido verano del 82".

Murcia capital alcanzó la máxima del país el pasado miércoles, al registrar una temperatura de 43,2º, a las tres de la tarde.

Aunque las máximas descendieron ayer, en la mayoría de los establecimientos de electrodomésticos se registraban ventas masivas de ventiladores, informa Isabel Llorens.

Las instituciones agrarias de la región prevén cuantiosos daños en los cultivos a causa de esta ola de calor. Probablemente, los más perjudicados por las altas temperaturas sean los viñedos y almendros.

Las temperaturas siguen en aumento en toda la región aragonesa. Huesca alcanzó los 43º, Zaragoza los ha rozado, con más de 42º, y Teruel se mantiene entre los 39º y 40º. Los meteorólogos confirman que se trata de la ola de calor más larga e intensa desde comienzos de siglo que está afectando principalmente a la cuenca del Ebro, y especialmente al valle medio, según comunica, desde Zaragoza, Javier Ortega.

Los efectos del calor se están dejando sentir: en hospitales y centros sanitarios nos informan que, si bien los casos de diarreas y deshidratación, enfermedades propias de esta época, han aumentado, la situación no es preocupante de momento.

En la agricultura y ganadería aragonesas, las altas temperaturas están teniendo graves repercusiones; a la preocupante situación causada por la sequía, que afectó a la práctica totalidad de las comarcas, se viene a sumar ahora el calor, que hace evaporar las pocas reservas de agua existentes. Las hortalizas están seriamente afectadas y la siega y recolección de cereales tendrán que ser adelantadas, al correr peligro de secarse.