Los suaristas rechazan una propuesta de Calvo Sotelo para superar la crisis de UCD

Viene de la primera páginaLa sombra del ausente Adolfo Suárez planeó constantemente sobre la reunión, que en la tarde de ayer se vio privada de la presencia de tres conspicuos suaristas como Rodríguez Sahagún, Rafael Calvo Ortega y Jesús María Viana. Todo un síntoma, dijo un asistente a la reunión, para quienes se muestran convencidos de que el fundador de UCD está decidido a abandonar en los próximos días el partido. Pero el portavoz de UCD, el democristiano Javier Rupérez, habló de que "aún hay un rayo de esperanza" y señaló que todavía es posible que Suárez no abandone UCD, algo que, de consumarse, dijo Cavero en una conferencia de Prensa posterior a la reunión, "no sería nada conveniente para el partido".

Sin embargo, un suarista como Fernando Abril, que sí asistió a las sesiones de mañana y tarde del comité, respondió con un seco "no" cuando los periodistas le preguntaron si él creía que la comisión permanente propuesta por Calvo Sotelo era la solución a los males del partido. "Las cosas se hacen como si quisieran echamos", dijo Fernando Abril al ser preguntado si él cree que Adolfo Suárez dejará UCD. También el diputado suarista Sárraga abandonó con talante hosco y preocupado el encuentro del ejecutivo, señalando escuetamente que "se volvía a Lérida".

El sector democristiano se mostraba ayer esperanzado en una victoria, en lo que alguien llamó la "batalla contra los azules". Iñigo Cavero realizó una larga y tensa intervención, reforzando, como otros varios oradores no suaristas, la idea de unidad en el partido.

Sin embargo, el liberal Luis Miguel Enciso retomó las aspiraciones del ala que representa, aspiraciones que fueron calificadas de escisionistas por un representante del sector azul. Enciso expresó su deseo de que democristianos y liberales concurran juntos alas próximas elecciones, formando una coalición de dos partidos, discrepó de las críticas contra los que ejercen una doble militancia en los clubes liberales y en UCD, abogó por el retorno del ex ministro Eduardo Punset, hoy militante de Convergencia i Unió y, en general, hizo pensar a varios de los presentes que los liberales podrían ser los primeros en dejar UCD, si no se cumplen los postulados que ellos predican. Joaquín Satrústegui, también liberal, realizó una intervención en favor de la democratización y la autorización de las tendencias políticas internas.

La sesión de ayer estuvo, en términos generales, dedicada a la exposición de los problemas, sin entrar en diferencias puntuales, manteniéndose lo que Iñigo Cavero calificó de "talante respetuoso". Sin embargo, los grandes objetivos de la discusión quedan pendientes para las sesiones de hoy y tal vez de mañana. ¿Quién ocuparía la secretaría general en sustitución de Iñigo Cavero? ¿Aceptará el Comité Ejecutivo presentar en bloque su dimisión, como fue pedido ayer por Rodolfo Martín Villa? ¿Se mantendrá UCD como un partido unitario y sin tendencias? Y, especialmente, las preguntas que todos se hacen y que nadie puso ayer públicamente sobre la mesa: ¿Decidirá finalmente Adolfo Suárez permanecer en el partido? ¿Podrá vencerse el rumoreado -y nunca confesado- pacto Calvo Sotelo- azules? ¿No será este posible pacto un primer paso hacia el acercamiento a Manuel Fraga y su Alianza Popular?

La "batalla de los nombres"

Por el momento, sólo se pueden vislumbrar indicios de lo que previsiblemente será la batalla de hoy. Todos dicen querer un partido de centro-centro, alejado de coaliciones preelectorales; todos, excepto un sector de los liberales, dicen querer la unidad; pero la "batalla de los nombres", como fue definida hoy por un democristiano, se planteará en toda su crudeza. Previsiblemente, esta reunión del ejecutivo será continuada de alguna otra la semana próxima, antes de la celebración del Consejo Político, para la cual Calvo Sotelo no ha avanzado aún una fecha concreta.