Desaceleración del ritmo de caída

Las reuniones postreras de esta primera semana del mes de julio no han ofrecido grandes novedades en relación con las que les precedieron. La oferta de títulos continuó siendo mayoritaria y afectó a la práctica totalidad de los valores que se contrataban. Tan sólo se pudo apreciar como matiz característico de estas sesiones una pequeña reducción en el número de títulos ofertados, lo que a su vez se traducía en una discreta desaceleración del vertiginoso ritmo de caída que han enfilado los mercados nacionales de valores en las dos últimas semanas.La falta de órdenes compradoras comienza a resultar ya angustiosa a diario. El peregrinar de los operadores en busca de contrapartidas compradoras para satisfacer sus abundantes órdenes de venta, adquiere tonos dramáticos cuando, jornada tras jornada, comprueban con una profunda desilusión que las bajas acumuladas, y los precios de saldo que presentan un buen número de valores son argumentos absolutamente insuficientes para convencer a los inversores de la conveniencia de que cursen órdenes de compra.

Así en el mercado de valores madrileño, ayer ya se hablaba de que las nuevas líneas de resistencia a la baja de los valores bancarios podrían establecerse, en los próximos meses, en torno al 250%, mientras que las posiciones cómodas de las principales eléctricas se estima que podrían estar alrededor de el 50%.

Con este desolador panorama, al que además acompañan los más negros vaticinios de los profesionales, o aficionados, del estertor tremendista, es fácil comprender que el ambiente en las salas de contratación resulta muy crispado, y que por el momento continúa sin atisbarse la posibilidad de que se produzca una reacción técnica, correctora en parte de las importante bajas sufridas, al menos en las próximas reuniones. Esta posibilidad la cifran los más optimismas en los últimos días de la próxima semana siempre y cuando se mantenga la aparente pérdida de agresividad que ayer comenzaron a apuntar los vendedores.

Por sectores un día más todos los índices particulares descendían, y casi todos ellos en cuantías superiores a un punto porcentual. En el grupo de bancos la oferta genérica para los siete grandes superaba ligeramente el medio millón de acciones encabezando el ranking en función al volumen de sus saldos el Santander, que tras no marcar cambio en la sesión del jueves, conseguía sumar la cifra de 125.325 títulos, de los que se tomaba el 30%, bajando el precio de las acciones hasta el 309%. De cerca le seguía el Bilbao con 105.000 acciones y un recorte de cuatro puntos en su cotización, y Banesto que contaba con 103.000 títulos corno diferencia entre compras y ventas en favor de estas últimas. El menos presionado por la oferta era el Vizcaya con algo más de 32.000 acciones, y una baja en su cotización de tres puntos.

En cualquier caso la nota característica común a estos valores era la diferencia que marcaban entre los cambios que les proponían la caja y los que finalmente terminaron realizando con la única excepción de Banesto que cumplió la recomendación.

En el sector eléctrico se pudo constatar que las intenciones de los principales grupos institucionales continúan apuntando claramente a mantener un ritmo importante de ventas. Las grandes del sector tuvieron que experimentar recortes de cierta consideración en sus cotizaciones e Iberduero bajaba peligrosamente hasta las proximidades de los cuarenta duros por título.