Un cierto derrumbamiento del mercado
Los bolsistas se encontraron ayer más cerca del infierno que nunca como consecuencia del efecto combinado del tremendo calor que hacía en las salas de contratación y de la visión cercana de las llamas del purgatorio que constituía la creciente presencia de oferta en casi todos los valores que se contrataban.Tras el pago de los correspondientes dividendos que ayer descontaron 37 sociedades, se produjo algo así como un derrumbamiento del mercado, que llevó a los índices generales a reflejar pérdidas de notable consideración.
A pesar de que se especulaba con la posibilidad de que las últimas bajas registradas en el sector eléctrico especialmente sirviesen para amortiguar el efecto negativo de los descuentos de los dividendos, la oferta se mostró muy agresiva desde primera hora de la mañana, hasta el punto de que en los corros destinados a la contratación de estos valores se puede decir que no quedó títere con cabeza.
Los Iberduero, Fecsa, Hidrola y Viesgo perdían el importe íntegro de sus dividendos y un par de puntos de propina en el mercado madrileño, donde Iberduero cayó hasta el 44,5%.
Ante esta situación, los especialistas han comenzado a dar claros síntomas de preocupación. Por una parte, la cotización de Iberduero puede condicionar negativamente la evolución de los precios del resto de sus compañeros de sector. Además, ya no existe ningún estímulo hasta que los bancos no satisfagan, en la última decena del presente mes, los dividendos complementarios al pasado ejercicio, al que buena parte se encargará de sumar el primero a cuenta de este año para dotarles de mayor importancia.
Y por si esto fuese poco, de la reacción técnica no hay ni una leve sombra. Casi todos los bolsistas coinciden en que muchos valores están muy baratos, pero todos coinciden en la posibilidad de que aún lo estarán más en los próximos días. En el grupo bancario esta situación era muy clara. La oferta continuó incrementándose hasta el punto de que uno de los valores más intrépidos, el Santander, no marcó cambio en Madrid.
El capítulo de ampliaciones de capital también ha tenido su influencia -y mucha- en el comportamiento negativo de los mercados. El que los desdobles gratuitos ya no constituyen un estímulo para los inversores es un hecho real; si no que se lo pregunten a los responsables de Dragados, que ayer iniciaba una operación de este tipo y sus acciones no consiguieron marcar cambio por falta de contrapartidas compradoras, mientras que el precio de sus cupones en la Bolsa de Madrid caía desde las 44,872 pesetas teóricas hasta las 30, y ello gracias a la operación de frenado que realizó un grupo bastante relacionado en los últimos tiempos con este valor, especialmente a través de las operaciones que realizaron meses atrás algunos inversores foráneos.
Pero no sólo le fueron las cosas mal a Dragados en los primeros compases de su desdoble. Valenciana de Cementos y Petromed, sin atravesar las dificultades de la empresa constructora, tampoco iniciaron sus operaciones con excesiva brillantez.
Sin embargo, existió la excepción, y ésta vino de la mano del Banco de Andalucía, que dejó el precio de sus cupones doce centésimas por debajo de su valor teórico.
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