Interesante chapuza musical

Gregory La Cava fue uno de los grandes de la comedia en los años treinta. W. C. Fields dijo de él que era el mejor ... después de Fields, naturalmente. Se habló, como de Lubitsch, de un toque La Cava, un sello inconfundible en sus películas, sobre todo en la manera de dirigir actrices, que con él sacaban a relucir -como con George Cukor- registros que otros directores no sabían explorar. Es el caso de Carole Lombard, Claudette Colbert, Ginger Rogers e Irene Dunne, que hicieron con él magníficos trabajos.Sus comedias más conocidas son Al servicio de las damas, de 1936; Mundos privados, de 1935; Damas del teatro, de 1937; La muchacha de la Quinta Avenida, de 1939; Una dama en apuros y Ansia de amor, ambas de 1941. En esta última, Irene Dunne hizo tal vez su interpretación más brillante, de gran fuerza erótica ... indirecta. Y esta era de las armas mayores de La Cava, la doble lectura que hacía de los guiones.

Vivir a lo grande fue su última película. La hizo, de encargo, para Gene Kelly, en 1947. No les gustó a los dirigentes de la Metro y en la fase de montaje prescindieron de los servicios de La Cava. Encargaron a Stanley Donen que rodara unos números musicales, que se incrustaron -una interesante chapuza- en la comedia, mientras David Miller la montó. La Cava murió dos años después.

Vivir a lo grande se emite hoy a las 21.35 por la segunda cadena.