Consumada la ruptura entre los socialistas portugueses
La comisión política del Partido Socialista portugués, reunida el domingo en Lisboa, ha consumado la ruptura entre mayoritarios, encabezados por Mario Soares, y minoritarios, liderados por prestigiosos dirigentes del socialismo luso, como Francisco Salgado Zenha y Vitor Constancio.
Los esfuerzos de los minoritarios para conseguir la "articulación de las distintas sensibilidades existentes en el seno del partido", salvaguardando "la democracia interna" y el derecho de opinión, dentro del respeto de las normas disciplinarias normales, han fracasado frente a la decisión inflexible de Mario Soares de acabar de una vez para siempre con la oposición interna y los "agentes de destrucción" del PS.La moción en diez puntos, presentada por Soares en nombre de la actual dirección del PS y ratificada por 108 votos contra cincuenta y cinco abstenciones, no constituye únicamente una condena definitiva de los llamados minoritarios, sino que también impone a estos una sumisión incondicional a las orientaciones emanadas de la dirección del partido.
Francisco Salgado Zenha es invitado a renunciar voluntariamente a la presidencia del grupo parlamentario socialista, "en consideración a su pasado y por los servicios prestados al PS". Los diputados socialistas son obligados a seguir las orientaciones de voto dictadas por la dirección en materia de revisión constitucional, no siendo admitidas las diversas soluciones propuestas por los disidentes.
Este conjunto de decisiones llevó a Salgado Zenha a acusar a Mario Soares de "histeria antieanista" y de "estalinismo interno".
La Prensa progubernamental presenta la situación así creada como "una aplastante victoria" de Mario Soares, pero es legítimo interrogarse acerca de las consecuencias de esta ruptura para el futuro del partido socialista y, más generalmente, para la política interna portuguesa. Los minoritarios han declarado ya que no aceptarán las resoluciones que les parecen contrarias a la democracia interna del partido, pero simultáneamente acatan la orientación política marcada por la dirección elegida en el congreso y se niegan a abandonar el partido.
Han dado prueba de ello votando juntamente con los soaristas la moción de política aprobada el domingo, con un único voto negativo y nueve abstenciones. Esta moción exige de nuevo la dimisión inmediata del Gobierno de Francisco Pinto Balsemão, la convocatoria de elecciones generales después de la conclusión de la revisión constitucional y una clarificación, por parte del general Eanes, de sus relaciones con el PS y con los presuntos organizadores "de un nuevo partido político".
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