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GP de Canadá de Fórmula 1

Nelson Piquet ganó una trágica carrera

El brasileño Nelson Piquet, actual campeón del mundo, ganó la octava carrera del campeonato del mundo, disputada en Canadá, según informan las agencias de Prensa. La carrera, organizada casi como un homenaje al trágicamente fallecido piloto canadiense Gilles Villeneuve, se convirtió, a su vez, en una tragedia. El joven italiano Riccardo Paletti, que hoy cumpliría veinticuatro años de edad, falleció a consecuencia de las heridas que se produjo al chocar su coche contra el Ferrari de Pironi e incendiarse posteriormente, sin que el infortunado piloto italiano pudiera ser extraído a tiempo. El mundial sigue encabezado por el británico John Watson, que terminó en tercer lugar, tras Neison Piquet y Riccardo Patrese.

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La arrancada es el momento más peligroso de cualquier carrera. Los veintiséis coches admitidos para tomar parte en la carrera están juntos en el momento de la salida. Durante unos centenares de metros, desde la línea de salida hasta la primera curva, los coches ruedan en un compacto, desordenado y confuso pelotón, que se lanza a toda velocidad desde la arrancada hasta llegar a la frenada previa a la primera curva. Los coches ruedan juntos, moviéndose separados unos de otros por delante, detrás y ambos lados por escasos centímetros. En ocasiones, se llega incluso al contacto entre dos o más coches entre sí, aunque en la mayoría de los casos el accidente no se produce.El accidente múltiple en el que perdió la vida Riccardo Paletti se produjo en el momento de la salida. Nada más encenderse el semáforo verde autorizando la arrancada, el Ferrari del francés Didier Pironi sufrió una avería en el embrague. Pironi, que tenía que pilotar el único Ferrai alineado por la escudería italiana, debía salir desde la pole position -el mejor lugar de la parrilla-. Pero, al fallar el embrague, quedó inmovilizado.

Cuando el joven Riccardo Paletti, que salía en la segunda carrera de su vida en Fórmula 1 desde la penúltima línea de la parrilla llegó a la altura del coche de Pironi, ya había comenzado la carambola. Sin poder hacer nada por evitarlo por lo inesperado del encuentro, Riccardo Paletti se empotró con la parte trasera del Ferrari de Pironi. Su coche se partió en dos y el piloto quedó aprisionado en su asiento en una de las mitades. Didier Pironi salió rápidamente de su coche y fue a tratar de ayudar a Paletti. Cuando retiró la parte superior de la carrocería para poder sacar más fácilmente al piloto accidentado, lo que vio le impresionó tanto que le hizo volver la cara. Recuperado un instante después, trató infructuosamente de extraer el cuerpo de Paletti, aprisionado en su cockpit. Pero no pudo.

Momentos más tarde, el Osella de Paletti, llenos sus depósitos de gasolina por ser justamente el comienzo de la carrera, comenzó a arder.

Sin embargo, pese a que las quemaduras sufridas por Riccardo Paletti habrían sido suficientes como para causar la muerte del malogrado piloto, este estaba ya mortalmente herido. Las múltiples fracturas en la piernas y en el resto del cuerpo, cortes en los muslos, perforación y sección del diafragma y traumatismo general -según el parte médico- eran suficientes como para que las quemaduras quedaran en un segundo plano.

La carrera, cuya salida fue retrasada, no tuvo demasiada historia -aunque sí varios accidentes más, en uno de los cuales el británico Nigel Mansell se fracturó un brazo-, y terminó con un doblete de la escudería Brabham. El campeón del mundo, el brasileño Nelson Piquet, terminó en primera posición, después de haber dominado ampliamente buena parte de la carrera. Piquet llevaba en su coche un motor BMW con turbocompresor. Por detrás del vencedor, su compañero de equipo, el italiano Riccardo Patrese, éste con un motor Ford Cosworth de admisión convencional.

En tercer lugar, con la fortuna de su parte, terminó esta accidentada carrera el británico John Watson, líder de la clasificación provisional del mundial. Sólo unos minutos antes del final de la carrera, Watson rodaba en quinta posición, con el Williams de Derek Daly y el Talbot de Eddie Cheever entre él y los dos Brabham. Ambos, a una distancia inalcanzable para John Watson. Pero los dos tuvieron que abandonar, casi al mismo tiempo, por sendas averías, cuando la carrera estaba a punto de terminar.

Tras esta carrera, John Watson (McLaren) aumenta su ventaja en la clasificación del mundial. El británico suma ya treinta puntos, por los veinte del francés Didier Pironi.

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