Los problemas energéticos presiden la 'cumbre' del Comecon
La importancia de la cooperación de los países socialistas en períodos de tensión, donde "se hacen sentir las presiones políticas sobre las fuerzas pacifistas" fue puesta de relieve por Gyorgy Lazar, primer ministro húngaro, en su discurso de apertura de la 36ª Sesión del Consejo de Asistencia Económica Mutua (Comecon), que comenzó ayer en Budapest. La colaboración energética dentro de los planes económicos nacionales para 1986-1990 será el tema central de la reunión.
Con excepción de la URSS, dotada de grandes recursos, la obtención de energía es motivo de preocupación en los países del Comecon. En la cumbre de Sofíae de 1981 salió a relucir el deseo de ver incrementados los suministros de petróleo soviético a precios favorables.Sin embargo, la URSS ha reducido y encarecido sus exportaciones de petróleo a sus socios del Comecon, que se han visto obligados a fijar cotas más modestas de crecimiento y a practicar el ahorro energético, ya que no pueden suplir el crudo soviético con el crudo, más caro, del mercado libre, debido a la falta de divisas.
Los planes económicos para 1982 contemplan la reducción del consumo de energía y materias primas mediante mayor racionalidad en el empleo de los recursos, sanciones para el despilfarro y precios más elevados.
Mientras que la República Democrática Alemana (RDA) proyecta consumir un 4% menos de energía, Checoslovaquia quiere rebajar el nivel de consumo al obtenido en 1980 y Hungría proyecta un modesto crecimiento de la producción industrial sin incrementar el consumo energético.
El equilibrio energético de los aliados de la URSS se ha visto afectado, además, por los fallos en el suministro del carbón polaco (las exportaciones totales de carbón polaco pasaron de 41 mllones de toneladas en 1979 a dieciséis millones de toneladas en 198 l), de electricidad rumana a Checoslovaquia y la demora en el desarrollo de la energía nuclear, debido a la limitada capacidad de inversión.
La URSS, que ha aumentado su producción de crudo lentamente en 1981, (0,9%) y con mejores resultados la de gas natural (7%), tiene actualmente una menor disponibilidad pata ocuparse, de los problemas de energía de sus aliados.
Moscú necesita divisas
Moscú necesita con urgencia divisas para importar cereales -cuarenta millones de toneladas en 1982, según cálculos occidentales- y tecnología, así como para hacer frente a la sangría de Afganistán o Polonia.
Basándose en informaciones fragmentarias procedentes de diversos países del Comecon, expertos del Instituto de Viena. para Comparaciones Económicas Internacionales (Wiener Institut für Internationale Wirtschaftsvergleiche, WIW) calculan que la URSS ha recortado este año al menos un 10% de sus exportaciones de petróleo al Este europeo, congeladas a partir de 1980 en ochenta millones de toneladas anuales. Sólo los suministros a Polonia, equivalentes a unos dieciséis millones de toneladas, se han mantenido estables, informaron las fuentes.
Mientras tanto, la URSS ha incrementado el porcentaje energético hasta un 60% en las exportaciones a Occidente, y el petróleo desviado del Comecon en busca de un destino más rentable -unos siete millones de toneladas, según estimaciones del WIIW- ha aparecido en el mercado libre (spot).
Los países del Comecon siguen pagando el crudo soviético a precios más baratos que en el mercado libre; actualmente, un 35%, inferiores, y en el pasado, más de un 50%. Según cálculos del WIlW, la URSS hubiera podido ganar unos 40.000 millones de dólares entre 1974 y 1981 si hubiera vendido a precios de mercado libre el petróleo barato vendido a sus aliados.
Los resultados económicos de 1981 se quedaron en la mayoría de países del Comecon, incluida la URSS, por debajo de los objetivos previstos, y el crecimiento económico medio (1,6%) fue inferior al de 1980 (2,7%), debido, sobre todo, al descenso del crecimiento en Polonia (menos 13%). Sólo la RDA anunció haber conseguido el crecimiento previsto de un 5%.
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