Ricardo Gallego, un estilista en el centro del campo
Ricardo Gallego comenzó a ir al fútbol cogido de la mano de su padre, que siempre fue socio del Real Madrid. Una bolsa de pipas antes de entrar en Chamartín y los ojos muy abiertos eran el equipaje de domingo de aquel niño que un día descubrió a Velázquez, el número 10 del equipo yeyé, el estilo por excelencia. Su primer fútbol fue el de los Betancort; Calpe, De Felipe, Sanchís; Pirri, Zoco; Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento. "Me gustaban todos, como a casi todo el mundo". Fue en un clásico derby Atlético de Madrid-Real Madrid cuando "me empezó a gustar Velázquez. Me quede con él. La gente decía que era un fenómeno". Yo veía y, escuchaba. Los aficionados comentaban que a Velázquez se le notaba en el campo, que daba tranquilidad cuando era necesario. Al final de su época, la gente se metió con él, pero yo tengo grabado que Velázquez cogía el balón tranquilo, tiraba, y, daba un pase de cuarenta metros que metía a Gento o a Amancio en el área rival. Yo observaba esas jugadas, las memorizaba y, al día siguiente en el colegio o en la Casa de Campo, donde me llevaba con frecuencia mi padre, intentaba repetirlas. Si estaba yo solo, me preocupaba de darle efectos al balón con la izquierda o con la derecha, o centrar lejos a un compañero imaginario. En aquella época recuerdo que era mi padre quien me corregía, quien me obligaba a soltar el balón pronto. Eran los años del colegio, y quien más quien menos, a todos nos gustaba chupar".
Historial
Nombre: Ricardo GallegoEdad: veintitrés años Estatura: 1,78 metros Peso: 72 kilos Club: Real Madrid Internacional: seis veces juvenil, dos veces sub-21 y siete veces absoluto. Estado civil: casado
La vida de Ricardo Gallego es un idilio con el Real Madrid. El tenía un carné de socio con el número diecinueve mil y pico -"ya no lo recuerdo"- cuando hizo una prueba con el club, la pasó y comenzó a jugar con los infantiles en la Ciudad Deportiva. Desde ahí recorrió todas las categorías hasta enfundarse la camiseta del número 4 del Real Madrid, la que dejó Pirri tras su marcha, al fútbol mexicano.
"El fútbol que hoy se practica", dice Gallego, "es un guiso de dos ingredientes: mucha potencia y bastante técnica. No hay un solo jugador que no maneje con soltura el balón, pero los marcajes ajustados quizá estropeen un poco el espectáculo. Cuando un hombre destaca, siempre tiene un rival o dos encima que no le dejan jugar; eso es estropear el fútbol de aquel jugador, del que le está marcando y del aficionado que lo está viendo. Lo importante es crear, crear siempre".
Gallego es puro estilo en el campo de fútbol. Pertenece al grupo de futbolistas que ve el juego con la cabeza alta, casi menospreciando la presencia del balón. "El fútbol es un juego sencillo".
Pregunta: ¿Cómo será el fútbol del año 2000?
Respuesta: Me gustaría que tuviese la misma fuerza y la misma técnica que el actual, pero con mayor libertad. Hoy, cuando pasas del centro del campo tienes a un jugador en un metro; no te queda más remedio que hacer la jugada rápida, y eso provoca imprecisiones. Para aquella fecha firmaría por un fútbol con menos dedicación al marcaje, al punto, al positivo.
Ricardo Gallego fue titular en el equipo inicial que alineé Santamaría frente a País de Gales en el último partido amistoso que disputó la selección española. Todos los que jugaron aquel encuentro están preseleccionados para disputar el Mundial.
P.: ¿Podría definirme a Arconada?
R.: Arconada es un manojo de reflejos; muy ágil, se coloca en el lugar justo; su constitución física intimida a los delanteros, sale con decisión y precisión a los pies y el área pequeña es siempre suya.
P.: ¿Camacho?
R.: Su fuerza es increíble; incansable todo el partido, marcador irrepochable, no tiene miedo, va bien por alto, le gusta arrancar desde atrás y sus ganas de jugar son infinitas.
P.: ¿Alexanco?
R.: Es un líbero sobrio, seguro, frío, contundente cuando se enfada, de una gran fuerza y un potente disparo a gol.
P.: ¿Tendillo?
R.: Es un marcador central fenomenal; va bien por alto, va bien por el suelo, preciso en el cruce, sabe ayudar al líbero y salir desde atrás con el balón controlado y haciendo paredes.
P.: ¿Gordillo?
R.: Vale para todo. Es un excelente defensa; sabe meter la pierna en el momento justo, sin hacer muchas faltas; técnico, y cuando sube al ataque, el 95% de sus incursiones son peligrosas.
P.: ¿Zamora?
R.: Uno de los mejores jugadores de la selección. Es técnico, tiene mucha cabeza, sabe estar en el campo y es quien debería llevar el ritmo del equipo. Buen dribling y buen toque de balón con las dos piernas. Siempre está en el sitio justo en el área. Un rebote fuera delár ea. pequeña va para él o rio va para nadie.
P.: ¿Alonso?
R.: Es un buen centrocampista; batallador, seguro, duro cuando tiene quo serlo; su disparo sobre la marcha, fenomenal; excelente visión dejuego, sabe escuchar en el campo y dar seguridad a la defensa.
P.: ¿Juanito?
R.: Es genial. Posee una visión dejuego fenomenal, una rápida salida, un buen toque de balón y un dribling sensacional, de los mejores. Si al principio engarza una buena jugada, hace un partido que se puede caer el estadio.
P.: ¿Satrústegui?
R.: Es un luchador nato, incordia, sabe estar en el área. El área es más de Satrústegui que del portero. Está al rebote, intuye el fallo en un balón que parece claro para la defensa y él siempre se encuentra detrás. Peligroso, lucha con el balón hasta que lo quita o sale fuera. Va bien de cabeza y frente a la portería no perdona.
P.: ¿López Ufarte?
R.: Es muy listo, tiene una técnica sensacional y una izquierda que parece una mano. Sabe estar en el campo y tranquilizar al equipo; se mueve, nunca le encuentras en el mismo sitio, intenta descolocar al contrario, le hace subir y bajar; en el área luce un magnífico regate en corto y su disparo siempre va muy colocado.
P.: ¿UrquiAga?
R.: Me encanta su juego desde que los dos éramos juveniles. Es un buen marcador, siempre llega a tiempo, no tiene miedo y centra de maravilla de rosca cuando sube al ataque, aunque lo hace pocas veces.
P.: ¿Sánchez?
R.: Predomina en él la fuerza física, pero sutécnica es buena y resulta imprescindible para el Barga. Sabe ver el juego, toca muy bien el balón, dobla muy bien al extremo por la banda y su pase vertical en profundidad, al hueco es estupendo.
P.: ¿Saura?
R.: Rápido, listo, tiene un regate en corto peligroso y sabe provocar un penalti en cualquier momento.
P.: ¿Quini?
R.: Es picaro, oportunista; sabe estar ahí, busca la espalda del contrario; inteligente, trata de descolocar al defensa para colocarse él. De cabeza pone el balón donde quiere, como quiere y con la fuerza que quiere, y su remate de bolea es mortífero.
Ricardo Gallego no es una excepción a esa regla general entre los futbolistas de elite que predica la prudencia política. "Yo no tengo un ideario político. Ejerzo mi derecho constitucional al voto y trato de no saltarme las leyes a la torera. Creo que la sociedad española será más justa en la medida en que nos respetemos mutuamente, y espero, que el país avance deprisa. Yo, al menos, trato de poner mi granito de arena con mi trabajo". Está a favor del divorcio -"la convivencia rota no es convivencia"-, paga religiosamente sus impuestos -"los inspectores de Hacienda me parece que son infatigables"- y se declara un manitas para cualquier tipo de aparato, mecánico o electrónico.
Gallego, el Soso le llaman sus compañeros de equipo -"ese mote me lo pusieron cuando jugaba en el Castilla"-, también forma parte de la centuria de futbolistas que dejaron los estudios colgados. "Yo aprobé la selectividad y abandoné los libros porque el fútbol me empezó a ocupar todo el día. Es verdad que los futbolistas tenemos muchas horas muertas; pero son eso, horas muertas. Los entrenamientos y las concentraciones cansan y tienes que ser muy fuerte de espíritu para llegar a casa después de varias horas de trabajo en la Ciudad Deportiva y sentarte en una mesa a estudiar. Yo admiro a Pirri, un señor que le echó valor a la vida y, después de ser un padre de familia y estar además entregado al Real Madrid, comenzó la carrera de medicina. Algún día confío en imitarle".
Ricardo es de los que piensan que la veteranía es un grado "en el fútbol y en cualquier profesión. La veteranía, a fin de cuentas, es experiencia". Se declara amante de Madrid: "Soy madrileño y muy orgulloso que estoy de haber nacido en Madrid y en el paseo de Extremadura, para más señas" (lo dice con ese acento estirao que sólo practican hoy los castizos de taberna en Lavapiés por las fiestas de la Paloma), y confiesa que "'de chotis, na de na. Soy un pato bailando".
Gallego jugó en el presunto equipo titular, de la seleccIón española los dos partidos del entrenamiento que se celebraron en el parador nacional Luis Vives, lugar de concentración del equipo nacional, frente a un conjunto juvenil y otro amateur del Valencia.
P.: ¿Cedería su puesto si con ello se garantizara el triunfo de la selección española?
R.: Sí, ahora mismo.
P.: ¿Quién ganará el Mundial?
R.: España; tiene que ganarlo España. Hace años que a los aficionados españoles no se les da una satisfacción total, y nosotros estamos en deuda con ellos; debemos procurársela ahora.
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