Polémica entre militares

Produce escalofríos la polémica del teniente coronel Villalba Zabalo contra el capitán García Oviedo. El capitán Grarcía Oviedo escribe en EL PAIS un lúcido y ponderado artículo en el que analiza, con un patente propósito de tender puentes de entendimiento, las causas del distanciamiento de la sociedad civil respecto al Ejército. El teniente coronel Villalba Zabalo le arremete, por dos veces, con saña: dos tristes cartas empapadas de odio, plagadas de tergiversaciones, atravesadas de amenazantes insinuaciones. Nadie más ha leído, ni en el artículo de García Oviedo ni en su primera carta de réplica, la supuesta acusación a los militares de "analfabetos, retrógrados y asesinos". Nadie más ha percibido muestras de insensibilidad ante la muerte de sus compañeros ni ante la de cualquier otro ser humano. Tampoco el señor Villalba lo ha leído ni percibido, pero ha leído el compromiso de García Oviedo con la democracia, pero ha percibido que García Oviedo no quiere utilizar a los muertos como una excusa para matar.Hay cada vez más militares civilizados, hay cada. vez más militares que piensan Y están comprometidos con el progreso de la humanidad, hay cada vez más militares que sienten que no es agradable matar; de hecho, la inmensa mayoría son así, aunque muy pocos se atreven a manifestarlo por miedo a la minoria vociferante y terrorista de los otros militares.

El pueblo español teme a su Ejército, y esa minoría se alimenta de su miedo. Algunos militares, como García Oviedo, o Pitarch, o Graíño, demostrando el valor que por profesión se les supone, han empezado a sacar la cabeza del agujero. Pero, ¿cuántos civiles responden a su civilidad con militancia?

El fantasma de las dos Españas empieza a disiparse: tenemos un Rey que se ha hecho acreedor con su actuación al respeto de la mayoría de los no monárquicos, tenemos una Constitución que se ha hecho acreedora con su funcionamiento al sostén de los que no la votaron o la votaron con desgana, y empezamos a tener un Ejército que defiende a ese Rey y a esa Constitución. "Borbón y cuenta nueva". No se trata de terciar en una polémica entre militares. El futuro de España no es propiedad de los militares.

El pueblo español no tiene por qué sentirse amenazado de secuestro por su Ejército. Unámosnos los que no tenemos vocación de secuestrados y los que no tienen vocación de secuestradores. /