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El franco no será devaluado en las próximas semanas, pero, sí a largo plazo

El franco francés no será devaluado en las proximas semanas, declaró el ministro de Economía, Jacques Delors, dejando entender que se ha reajustado dentro de algunos meses. Al mismo tiempo les anuncio a sus conciudadanos tiempos duros, y la necesidad del sacrificio de todos. Estas declaraciones han sido forzadas por la coyuntura económica nacional, que ofrece signos de debilidad que el mismo ministro considera poco favorables, y que los expertos estiman alarmantes.

Desde hace mes y medio, la Banca de Francia viene gastando 3.000 millones de francos semanales, (50.000 millones de pesetas), para combatir la especulación contra su divisa. La reactivación económica que se notó durante el invierno pasado ha cedido completamente. Los déficit del comercio exterior y del presupuesto de la nación se han descarrilado. Han aumentado igualmente, el déficit de las empresas públicas y el de la Seguridad Social.El paro, de dos millones de personas, creció menos que en los otros grandes países industrializados, pero el propio Delors reconocía, ayer, refiriéndose a la reducción del horario semanal de trabajo, a 39 horas, que "no ha surtido los efectos deseados, es decir, el aumento de puestos de trabajo".

Y, por fin, el hecho de actuafl dad más inquietante para la economía gala: la inflación aumenta. El índice del alza de precio del pasado mes de abril será del 1,2%, aproximadamente, según se adelantó ya oficialmente.

Esto quiere decir que, a estas alturas, el ritmo anual es del 14%, de inflación, y no del 10% como había previsto el ministro de Economía. Y para la estrategia económica adoptada por el Gobierno francés, esto quiere decir, sobre todo, que cada día le será más penoso realizarla al tener en cuenta el entorno desinflacionista en el que se desarrolla.

En efecto, el desfase en materia de aumento de precios, entre Francia y los principales países industrializados, aumenta de mes en mes con detrimento para este país Durante el primer trimestre del año, los precios subieron el 3,2% en Francia, el 1,3% en la República Federal de Alemania, el 1,2% en el Reino Unido, el 0,9% en los Estados Unidos y el 0% en Japón.

Este resultado negativo en la lucha contra la inflación, es considerado por los más optimistas, en los medios oficiales, como una consecuencia lógica de la política económica francesa, que prima, por encima de todo, la reducción del desempleo.

En ese caso, el tropezón abultado del mes de abril podría ser el último en vísperas de un enderezamiento de la situación.

En los mismos círculos oficiales, aunque no se diga claramente, como en los económicos y financieros, se teme lo contrario, es decir, que la deterioración del alza de precios, sumada a la de los demás indicadores económicos, puedan ser el signo anunciador de una degradación económica general.

Objetivos económicos del Gobierno Mitterrand

Para evaluar el momento actual, hay que recordar los objetivos de la política económica y social del Gobierno Mitterrand: crecimiento mantenido, reducción del paro, reconquista del mercado interior, modernización del aparato industrial y más solidaridad nacional.En contra de la estrategia de los demás países que compiten con Francia, esta última prima la lucha contra el paro y no contra la inflación. Pero, hoy, nadie lo pone en duda.

Francia, puesto que continúa en el área de la economía de libre mercado, fracasará en su batalla contra el desempleo con el ritmo actual de su inflación, que provocará condiciones cada día más desfavorables, en el terreno de la exportación, frente a países que están doblegando el alza de precios. Y, consecuentemente, todo el edificio proyectado por el socialismo a la francesa correría riesgos serios de resquebrajamiento.

La pregunta que hoy anida aquí en todas las cabezas, es la misma: ¿Tendrá el Gobierno que repensar su política económica y social?

El ministro Delors no responde con un sí, pero sus consideraciones se parecen todas ellas a advertencias dirigidas al presidente de la República y al Gobierno. Incluso cuando, de entrada, les habla indirectamente a sus colegas socialistas, dice que "el socialismo sigue inspirándonos, pero es cierto que hay que saber hacia dónde se camina". Refiriéndose a la política general, no reniega de ella, pero admite que "serán necesarios ajustes".

Para hablarles a los sindicatos y a los partidos que apoyan al Gobierno subraya que "es necesaria la cooperación con el poder".

Y a todos los franceses, el ministro Delors les anuncia, recordando con ello el lenguaje austero del ex primer ministro, Raymond Barre, que han llegado los tiempos del "esfuerzo, de la solidaridad y de la paciencia", y que es absolutamente necesario que todos y cada uno de los franceses renuncie, en alguna medida, a sus derechos".

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