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Escepticismo en la OTAN ante los intentos de EE UU por aproximar las posiciones de Grecia y Turquía

Soledad Gallego-Díaz

La ofensiva diplomática iniciada por Estados Unidos en Turquía y Grecia para intentar aproximar ambos países, miembros de la Alianza Atlántica, es contemplada con cierto escepticismo en la OTAN, donde se estima que el contencioso entre los dos países no tiene solución a corto plazo y que Washington se va a esforzar, sobre todo, en lograr renovar su acuerdo bilateral con Atenas para la utilización de cuatro bases militares. Los mismos medios estiman, sin embargo, que cualquier refuerzo del flanco sur de Europa exige como condición previa la coordinación de los esfuerzos militares de Atenas y Ankara.

La visita del secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, a ambas capitales -ayer llegó a Ankara y mañana estará en Atenas- se produce casi en las visperas de que los ministros de Asuntos Exteriores de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte se reúnan en Luxemburgo en su sesión de primavera.Grecia reingresó en el mando atlántico integrado de la OTAN -que había abandonado en 1974 como consecuencia de la invasión de Chipre por Turquía- en octubre de 1980, cuando todavía no habían accedido al poder los socialistas. El actual primer ministro, el socialista Andreas Papandreu, se ha mostrado contrario al plan Rogers que propició la reintegración y exige que su país recupere en el mar Egeo las mismas competencias operacionales que tenía en 1974.

Desde la llegada al poder de los socialistas, Grecia ha mantenido una actitud ambigua en el seno de la OTAN: no se ha retirado del mando militar integrado, como llego a amenazar Papandreu en la campana electoral, pero tampoco ha renovado hasta ahora el tratado bilateral con Estados Unidos que permitiría a Washington la utilización de cuatro importantes bases. Papandreu ha planteado además en el Consejo de Ministros de Defensa -cartera que desempeña personalmente-, la exigencia de que la OTAN garantice sus fronteras con Turquía, lo que no preve la OTAN. En medios aliados se estima que las negociaciones en el seno de la OTAN entre Grecia y Turquía podrían reiniciarse más fácilmente si se soluciona previamente el problema de la relación que debe existir entre la ayuda militar que se proporciona a uno y otro país. Hasta ahora Washington mantiene una relación de 10 a 7 (mientras que en la RFA es de 3,5 a 5) a favor del régimen de Ankara.

Sin embargo, cualquier modificación de esta relación es difícil, porque los expertos aliados estiman primordial el fortalecimiento del Ejército turco, único país aliado fronterizo con la URSS y que posee catorce estaciones de alerta de la OTAN y cinco estaciones de escucha electrónica, capaces de interceptar comunicaciones.

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