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Brandt pasa a la ofensiva y marca distancias con Schmidt

El presidente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Willy Brandt, pidió a los socialdemócratas, reunidos en el congreso de Munich, que pasen a la ofensiva, y en su discurso, de dos horas, marcó con claridad posiciones diferentes a las que sostiene el canciller federal, Helmut Schmidt.

La atmósfera del congreso del SPD, iniciado ayer en Munich, es fría, en el palacio de deportes de la villa olímpica. Los cuatrocientos delegados se sientan con aspecto de comensales en la mesas situadas en medio del parqué. Del techo cuelga un enorme letrero con el eslogan "Crear trabajo, asegurar la paz, mantener la libertad".El número fuerte del primer día de congreso fue el discurso del presidente del SPD, Willy Brandt, que empezó frío, como el ambiente de la sala, pero concluyó con patetismo en su intento de levantar el ánimo del partido, sumido en una profunda crisis.

Brandt rechazó categóricamente la posición de los que afirman que el SPD necesita una regeneración en la oposición cuando dijo: "No sentimos el menor placer en la impotencia. Ya hemos demostrado suficientemente nuestra fuerza cuando estábamos en oposición". El presidente del SPD empezó su discurso con la palabra crisis, "entre los alemanes hay una tendencia a basarse en el sentimiento de crisis. Seamos serlos: la vida es una cadena de crisis y también de miedos, pero es importante no abandonar el campo a los charlatanes profesionales de la crisis, los aprovechados de la decadencia y los explotadores de miedos apocalípticos".

El líder socialdemócrata dejó bien claro que el congreso de Munich es del partido, "y no de la coalición de Gobierno". Brandt ha fijado claramente las posiciones del SPD frente a los aliados de coalición en el Gobierno de Bonn, los liberales (FDP) e incluso contra el canciller Schmidt, quien acostumbra a decir que el Gobierno no se siente vinculado por los acuerdos del partido a que pertenece y atribuye a la imagen de desunión del SPD los malos resultados electorales de los últimos meses.

Brandt criticó, sin nombrar a Schmidt, el recurso a la imagen del partido y defendió su posición integradora dentro del SPD: permitir la discusión interna y mantenerse abierto a todas las tendencias a la derecha y a la izquierda.

En tono firme, Brandt tomó posiciones frente a los que le critican por su poca autoridad en la dirección del SPD, y dijo que "como presidente del partido estoy decidido a garantizar la libertad de debate. El que lo vea. de otra forma, por favor, que no me vote el próximo jueves".

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Respecto al problema de la identidad del SPD, planteado los últimos meses ante los sucesivos fracasos electorales, Brandt se mantiene en sus posiciones de que "es superfluo e incluso falso plantear una contradicción entre economía y ecología, como sería también falso enfrentar a trabajadores y estudiantes".

En la parte económica de su discurso Brandt atacó a "algunos en la coalición" de Gobierno (socialdemócratas y liberales), que se critican "en vez de dar en la cabeza a los reaccionarios que desearían imponer recetas neoconservadoras en la República Federal".

En política exterior, Brandt criticó abiertamente, pero sin nombrarlas, las posiciones cle la política exterior norteamericana y defendió apasionadamente una estrategia de distensión. Sobre el doble acuerdo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) -estacionar nuevos cohetes atómicos en Europa y al mismo tiempo ofrecer a la URSS una negociación-, Brandt afirmó que "no impone un automatismo".

El presidente socialdemócrata constató que en la Alianza Atlántica existen diferencias de opinión motivadas por la diversidad de intereses y experiencias históricas.

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