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Baloncesto

El Barcelona aprovechó bien casi todas sus bazas

El Barcelona afrontó su penúltimo compromiso de la Liga con el máximo cuidado. Salió desde un principio a amarrar el resultado y puso toda la carne en el asador sin permitirse el más mínimo descuido.Aprovechó muy bien todas sus bazas, y supo jugar con los hombres que le debían resolver el encuentro como así fue. Al Joventut, sin ninguna motivación especial, salvo la honrilla de vencer al campeón, le faltó ambición y espíritu a la hora de luchar. También estuvo el equipo falto de ideas y de organización tanto en el banquillo como en la cancha.

Difícilmente se puede ganar un partido jugando como lo hizo ayer el conjunto badalonés. Su defensa individual fue mala y sobre todo mal planificada. Hoy por hoy el Joventut no puede, uno por uno, sujetar a las individualidades azulgranas, y se piensa en una defensa individual hay que hacerla con constantes ayudas. No lo hizo, y a los siete minutos el marcador ya señalaba un 10-21. No es que el Joventut esté obligado a ganar al Barcelona, pese a jugarse en Badalona, pero tampoco debe permitir que le arrasen en su propio campo como lo hizo ayer el equipo de Serra en los primeros veinte minutos de partido.

Al Joventut le falta un líder en el banquillo y sobre todo, otro en la cancha. No hay quien mande con autoridad y decisión. Gonzalo Sagi-Vela podría hacerlo, pero o no se quiere responsabilizar o no le dan atribuciones suficientes. La consecuencia es que el Joventut ha perdido un alero anotador y no ha ganado un base, director de juego. Esto lo acusa el equipo, como acusa el tener un extranjero que hace seis puntos y además se carga en seguida de faltas. Son muchas rémoras. Jose María Margall, uno de los jugadores con más clase de España, se limita a sumar sus puntos y poco más. Con este panorama, los triunfos no es fácil que lleguen.

El Barcelona no quiso dar opción a su rival. Sin embargo, al final no es que pasase agobios, pero se dejó remontar muchos puntos. Jugó con la cabeza puesta en el próximo sábado, pese a que en el descanso Serra manifestó a EL PAIS que aún con dieciocho puntos de diferencia no estaba todavía tranquilo y sólo le interesaba, de momento, ganar en Badalona. Ese gran jugador, de excepcional clase, que se llama Nacho Solozábal pone perfectamente en marcha al equipo y ya no tiene que preocuparse de acercarse al aro. El trío, Ansa, Sibilío, Epi, sumó 77 puntos y, en contra de lo que le pasó al Joventut, así es muy dificil perder, porque sin querer se fueron al centenar de puntos. Hansen, cumple pero no resuelve, quizá porque en ese esquema ¡lo tiene nada que resolver. El Barcelona ganó, con De la Cruz y Flores lujosamente en el banquillo, por si surge una emergencia.

Con las cosas así mucho tendrá que afinar el sábado el Madrid si quiere -no tiene otra opción- ganar la Liga en el Palau Blau Grana. Sus esperanzas deben estar basadas, además de en su propio poder y en que el Barcelona no es invulnerable. Falla en los momentos decisivos, como se ha visto en la Copa de Europa, y como se vio en la cancha del Real Madrid cuando perdió un partido que tenía ganado. El hecho de que ayer el Joventut, sin hacer nada del otro mundo y después de ir perdiendo por veinte puntos (36-56), se pusiera a siete (81-88) cuando todavía faltaban cinco minutos y 42 segundos, habla de esas lagunas azulgranas, que con equipos débiles las supera, pero que con clubes de su mismo nivel le son mortales.

Ayer, al Joventut le faltó madurez y quizá suerte para entonces dar la vuelta al partido. A partir de ahí, el Barcelona le dio balones a Sibilio y se limitó a esperar y ganar un partido que no dijo nada nuevo. El sábado es la solución. El Madrid, desde luego, no desfallecerá, por fallos y desventaja que tenga ni se confiará, en caso contrario.

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