Mario Alifredi,

un cura italiano de 63 años que dirige la parroquia de San Giorgio está teniendo un gran éxito en el pueblo como policía. El domingo logró poner en fuga a un par de ladrones que se habían llevado objetos religiosos de la iglesia y recuperó el botín con la ayuda de la esposa del alcalde. Ya el pasado 29 de marzo consiguió el cura Alifredi capturar a un ladrón que había robado de su iglesia un valioso legajo del siglo XVI. Al darse cuenta, en aquella ocasión, del robo inició sus investigaciones y localizó al ladrón. Lo siguió y vio que se ponía a hacer autostop a la salida del pueblo. Volvió a por su coche y lo recogió en la carretera. Al llegar al pueblo siguiente se encaminó a la comisaría y lo entregó a la policía. El domingo no consiguió la captura de los ladrones pero su fama se extiende por la zona y los bromistas locales ya le han sacado punta al asunto. Horas más tarde de este segundo episodio del cura-detective apareció un cartel en la puerta de la iglesia que decía: "Atención ladrones. Cuidado con el párroco".