Un niño de seis años muere apuñalado por su padre en la localidad albacetense de Hellín
Francisco Armilla Martínez de 48 años de edad, apuñaló la mañana del Domingo de Ramos a su hijo de seis años de edad, Miguel Angel Armilla Sánchez en un ataque de enajenación mental del que pudieron ser víctimas también los otros cuatro hijos del agresor quién actuó según declararía después de ser detenido, para impedir que se cumpliera el trágico futuro que le esperaba a su familia tal y como, según él, había informado la televisión.El suceso se produjo en la localidad albacetense de Hellín a unos sesenta kilómetros de la capital, a primeras horas de la mañana del Domingo de Ramos, poniendo así una nota de tremendo dolor y tristeza entre las cerca de veinticinco mil personas que componen la población hellinera, notablemente aumentada en estas fechas por el gran número de turistas que acuden a presenciar y participar en la Semana Santa por cuyas fiestas Hellín es conocido en todos los puntos del país.
Vecinos y turistas tuvieron noticia de lo ocurrido en la mayoría de los casos cuando todavía no se habían levantado. Aproximadamente alrededor de las 9.00 horas, Francisco Armilla Martínez, se dirigió a la cocina de su domicilio empuñando un cuchillo de unos treinta centímetros de hoja. Tras comprobar que Miguel Angel, el cuarto de su cinco hijos, era el único que en ese momento estaba ya vestido, el resto de la familia dormía, pidió al niño que le acompañara hasta la despensa para ayudarle a cortar jamón. Cuchillo en mano, padre e hijo se dirigieron hacia la despensa, en donde sin mediar palabra, el padre asestó dos puñaladas, una de ellas mortal de necesidad que le partió en dos el corazón que inmediatamente acabaron con la vida del niño, a cuyos gritos el resto de la familia corrió hasta la despensa abalanzándose, especialmente la esposa y el hijo mayor, de 17 años, sobre Francisco Armilla forcejeando con él para conseguir reducirle y quitarle el cuchillo, para entonces completamente ensangrentado. Como consecuencia de esta lucha la esposa y, algunos de sus hijos resultaron también heridos de diversa consideración, con cortes en brazos y manos.
Un pasado pacífico y dos internamientos psiquíatricos
Francisco Armilla Martínez que trabajaba en una fábrica de caramelos de Hellín, había recibido hace algunos años, y en un par de ocasiones tratamiento psiquiátrico por haber sufrido ataques de nervios, como el que parece que sufrió también en la mañana del pasado domingo, puesto que nadie en el pueblo piensa que hubiera podido cometer el, horrible crimen en estado normal.
Esta hipótesis parece confirmarla una primera impresión médica según la cual, Francisco Armilla se encontraba bajo los efectos de un brote esquizofrénico.
Una vez detenido y algo más calmado, Francisco Armilla declaró que su intención había sido la de matar a sus cinco hijos, a su mujer, y finalmente darse muerte a sí mismo para evitar el destierro al que, según él, iban a ser sometidos todos los miembros de su familia, según se desprendía de las noticias que últimamente venían dando la radio y la televisión. Según Franciso Armilla, estaba dispuesto a acabar con todos antes que permitir la separación que supondría el destierro que él había imaginado en su mente esquizofrénica.
El sepelio del infortunado Miguel Angel, en la tarde de ayer, supuso una tremenda demostración de dolor compartido por todo el pueblo hellinero que aún no ha salido de su estupor ante lo sucedido, máxime teniendo en cuenta el carácter pacífico de Francisco Armilla y del irreprochable comportamiento que hasta la fecha había mantenido en todas sus relaciones con amigos y familiares. Así, la Semana Santa de Hellín, cuando aún los tambores y cornetas estaban en la fase inicial de lo que habrá de desembocar finalmente en la gran tamborada, se veía desde temprano marcada por la tragedia que sin duda apagará en parte la emoción y vistosidad de sus fiestas.
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