Un Madrid-Spórting para 'pasar' de la Copa

Un Castilla, venido a más no pudo vencer a un Spórting venido a menos. Un Madrid falto de cerebros fue incapaz de doblegar a un Spórting que trató de poner sentido común en su juego, ya que se sentía capaz de dominar el balón con precisión. La final anticipada de Copa no dejó en los espectadores otro deseo que el de pasar de ella. El Madrid, sin Stielike, Gallego y Del Bosque, fue tan poco Madrid, como parece que lo es el Spórting sin Cundi, Ciriaco y Gomes.El sábado, el Barcelona, le volvió a poner en bandeja el título al Real Madrid. El equipo madrileño volvió a fallar a espadas. Hubiera bastado un certero descabello, para que el Barça se pusiera nervioso y fuera incapaz de ganar los puntos decisivos de aquí al final del torneo. Pero el Madrid no ha podido vencer en Las Palmas y tampoco en su, casa al Spórting Dos oportunidades fallidas como quizá no vuelva a tener nunca jamás.

Decía Ricardo Zamora hijo, durante el descanso, que el Madrid era simplemente un equipo de amiguetes. Decía José Vicente Puente, al final., que a Cortés, Isidro y Pineda les llaman la cuadrilla del arte. Y como estrambote, Rafael Azcona añadía, que Angel podía hacer el paseíllo como picador Al Madrid ya no le toman en serio sus más leales. El Madrid, que el miércoles hizo el gran esfuerzo ante la Real, pagó el domingo la ausencia de sus mejores hombres El Madrid, sin Stielike, carece del fuelle necesario para impulsar el equipo hacia el triunfo. El Madrid sin Gallego, no tiene un líbero eficaz en defensa y en contraataque. El Madrid, sin Del Bosque, no tiene quien piense y quien organice el juego.

Algunos madridistas tienen la obsesión de silbarle a Del Bosque, porque le consideran lento. El domingo no hubo manera de que el Madrid corriera más que cuando él está en el centro del terreno. Santillana, sin Del Bosque poniéndole los balones en la cabeza, es hombre muerto.

Juanito, que siempre quiere ser el dueño de la batuta, el domingo la quiso usar y no hubo forma de que diera entrada a tiempo a los bombardinos. Juanito quiso hacer cosas, y algunas le salieron bien, pero como es habitual, todo aquello que suponga dar un pase a más de quince metros es tarea que favorece al contrario. García Hernández sí realizó algunos lanzamientos largos y precisos, pero todo quedó ahí. García Hernández no tuvo el domingo toda la ilusión que cabía esperar en quien necesita oportunidades para ganarse la titularidad. Lo mejor que se ha hecho en el Madrid en las últimas semanas ha sido mantener a Agustín. Tras lo de Kaiserlautern, el meta madridista se ha recuperado anímicamente. El domingo volvió a estar sobrio y bien situado. Agustín no ha perdido su condición de tercer portero para el Mundial.

El Spórting vino a encontrar su salvación en Chamartín, que es tanto como verse obligado a hacer el más difícil todavía. Los gijoneses no jugaron alocadamente en el comienzo, pero no renunciaron nunca a la posibilidad del contraataque peligroso. Uría le ganó la partida a Angel y penetró por la banda derecha como un extremo más. Si Joaquín se vio forzado a retrasarse, para poder tener alguna maniobrabilidad, dado que Camacho le perseguía implacablemente, Uría aprovechó el pasillo que le quedaba libre por su lado y creó tantas o más complicaciones que Ferrero.

La defensa madridista volvió a naufragar. Por las bandas y por el centro se vio desbordada en numerosas ocasiones. Sólo así se explica que, además del gol, Abel desperdiciara un tanto al comienzo después de prepararse el balón con cierta tranquilidad, que Urrechu hacia el final no lograra el triunfo, que Agustín tuviera que hacer una excelente parada a remate de Mesa y que en el minuto final el árbitro tuviera ocasión de anular un tanto por fuera de juego.

El Madrid no tuvo más alegría que la que proporcionó Ito con sus secos regates. El salmantino parece ir a más, a pesar de que mantiene sus excesivas ganas de regatear. La tristeza del primer período la proporcionaron, a partes iguales, ambos equipos. La emoción la dio el resultado. Abel y Maceda salvaron bajo los palos dos balones que iban hacia la red, una vez superado Rivero, quien realizó dos grandes paradas a disparos de Cortés en el lanzamiento de libres directos. Un disparo de Ito al poste fue la guinda de una de las mejores jugadas del encuentro. Que tuvo bien pocas. Las que podían proporcionar un equipo amenazado por el descenso y otro, que parece recién ascendido.