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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Estado de la Unión', demagogia de mesa camilla

Frank Capra, uno de los grandes veteranos de la comedia de Hollywood, hizo incursiones en el cine político que deben verse con cuidado, porque dan gato por liebre. Una de ellas es Estado de la Unión. Las apariencias del filme son críticas respecto de los males de la corrupción política y electoral en los Estados Unidos. Sin embargo, el resultado del filme, su balance global, lejos de crítico es sumamente conservador. Es, más o menos, lo que ocurre con Mister Smith en Washington y Meet John Doe, sus otras dos películas de la misma cuerda.Capra emplea un método ideológico al mismo tiempo ingenuo y esquinado: el exceso de contraste, que inhabilita la veracidadd de.las contraposiciones más veraces. El candidato que interpreta Spencer Tracy es demasiasdo bobalicón para ser verosímil. Y sus corruptores demasiado siniestros para ser creíbles. Las fuerzas sociales benéficas, esas clases medias encarnadas en la dulce esposa de Tracy, Kat harine Hepburn, triunfan dema siado fácilmente, por que a su enemigo, la demasiado siniestra y demasiado millonaria Angela Lansbury sólo le faltan colmillos para ser Drácula. De alguna ma nera, Capra sigue el método de aquel teólogo que para demos trar la existencia de Dios inven taba ateos tontos. La candidez y el reaccionarismo encubierto de Estado de la Unión son los proverbiales de este director italiano, trasplantado de niño a los Estados Unidos y convertido con el tiempo en uno de los supremos cantores de las excelencias del American Way of Life. Su beatería hacia las bondades de su patria de adopción ruborizan hoy incluso a los que creen en la existencia de un teléfono directo entre la Casa Blanca y la Providencia. Pero este apasionado italiano, además de un místico de las barras y las estrellas, es un cineasta de talento. Y, hasta en sus películas menos afortunadas, como Estado de la Unión, se suelta a veces con un trallazo de ingenio fílmico.

Por ejemplo, en esta película hay una escena que es uno de los monumentos mayores de la comedia norteamericana. Es la escena donde Tracy -el candidato presidencial- cena como puede mientras prepara un discurso, habla de sus cosas con Hepburri y recibe una tras otra a diferentes comisiones que le visitan. La secuencia es continuada y, aunque está rodada en varios planos, todos ellos convergen sobre un mismo eje y dan la impresión de un solo plano-secuencia. Dura entre cinco y diez minutos y en él ocurren, a un endiablado ritmo, tal cantidad de cosas, que casi es imposible seguirlas. Toda una prodigiosa tradición de comediantes converge allí, desde Mack Sennett a Ernst Lubitsch, en un pequeño tiempo que pertenece por derecho propio a una antología del cine.

Estado de la Unión se emitirá esta tarde a las 19.30 por la segunda cadena.

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