Los votos y el poder
La aseveración, atribuida al presidente del Gobierno, de que Felipe González se encuentra atenazado por su propio partido, es rebatida enérgicamente por el autor de este artículo, quien a su vez afirma que la gestión de Calvo Sotelo al frente del Ejecutivo es un una burbuja cuidadosamente hinchada, muy fácil de desinflar.
Calvo Sotelo, en su reciente viaje a Soria, ha dicho que votar a Felipe González, a quien ha descrito como atenazado por su propio partido, es dar el poder a Alfonso Guerra. Las líneas que siguen no pretenden discutir la veracidad o la deseabilidad de dicho aserto. Alfonso Guerra no necesita defensas ajenas para imponer la valía de su figura ni la relevancia de Felipe González en la dirección del, PSOE precisa aclaración alguna. Por lo demás, somos muchos los que creemos que la cuota de poder de Alfonso Guerra en un próximo Gobierno socialista sólo podrá beneficiar a España y hacer justicia a uno de los políticos más inteligentes de la hora actual.Lo que pretenden, mucho más modestamente, es proporcionar una reflexión por la vía de los ejemplos sobre lo que puede y no debe ser la próxima campaña electoral.
Porque, en efecto, después de las palabras del presidente de UCD, uno está legitimado para preguntarse a quién se da el poder si se vota a Calvo Sotelo -suponiendo que llegue a encabezar la candidatura de su partido-. ¿A Adolfo Suárez, sin cuyo concurso fundamental puede UCD perder la mitad de sus actuales escaños, o a los llamados moderados inmoderadamente enemigos de aquél? ¿se está concediendo el poder y la confianza política a sus colaboradores más próximos en los últimos tiempos? ¿Se vuelve a dar la confianza a ministros como Alberto Oliart para que siga mandando sobre las Fuerzas Armadas? o ¿a ministros que utilizan su poder sobre la Caja Postal para cubrir la ampliación de capital que permitirá a un diario de la capital de España la renovación tecnológica necesaria para relanzar una línea editorial próxima al golpismo?
¿Hemos de volver a preguntarnos sobre la línea azul todavía fundamental en la estructura de poder de la UCD del señor Calvo Sotelo o, quizá, es más relevante preguntarse sobre los hombres que vayan a quedar en las listas electoralés y los que van a unirse a los tránsfugas de aquí al comienzo del período electoral?
Las estructuras de poder dentro de los partidos son siempre complejas y llegan a ser laberínticas en aquellas organizaciones políticas que sólo tienen la apariencia de un partido político cualquiera que sea el nombre que reciban. Alguno que ayer era parte del mando bicéfalo de la opción moderada es hoy asesor del presidente del Gobierno, en tanto que el otro se sitúa en la oposición al mismo Gobierno. ¿Quién de los dos ha retenido el poder de la opción que decían representar?
O, dejando de lado el poder político, admitiendo que éste se trata siempre de un poder delegado, 0o es quizá apropiado preguntarse si votando a Calvo Sotelo se está concediendo el poder a sus viejas relaciones bancarias e industriales, a las presiones de los hombres más reaccionarios de la CEOE o a grupos detentadores de privilegios con los que Calvo Sotelo tiene muchas más relaciones y entre los que tiene más amistades, sin duda, que Alfonso Guerra o Felipe González?
Por este camino podríamos, uno y otros, seguir elucubrando desde ahora hasta la fecha de las elecciones sin que tales reflexiones, por obvias, ayudaran mucho a clarificar a los ciudadanos españoles qué es lo que las diversas opciones políticas pueden ofrecerles para resolver sus muchos problemas y aquietar sus múltiples inquietudes.
¿Cómo se atreve el presidente de UCD, que nunca ha ejercido su supuesto poder sobre,su partido y grupo parlamentario, a hablar del atenazamiento del líder de la oposición por parte de su partido?
¿Quousque tandem Calvo Sotelo ... ? ¿Es que el presidente del Gobierno no se da cuenta de que cualquiera, con un simple alfiler dialéctico, puede desinflar la burbuja cuidadosamente hinchada de su ejecutoria presidencial?
Muchas cosas hay que hacer todavía a lo largo de 1982 antes de empezar la campaña electoral. El mismo día en que Calvo Sotelo se dedicaba a actividades electorales en Soria, ocurrían en Madrid acontecimientos graves relacionados con asuntos militares y con la marcha del Acuerdo Nacional sobre Empleo. Y otros muchos problemas asaltan a un Gobierno que tiene la economía postrada, la administración aletargada, la opinión pública inquieta y la autoridad erosionada. Vaya por ahí, por la resolución de estos temas, el presidente del Gobierno, cualquíera que sea el horizonte temporal que él -y es su prerrogativa- esté visionando para las próximas elecciones, y encontrará la colaboración leal y generosa del PSOE para todo lo que convenga a los intereses de España.
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