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El cine en la pequeña pantalla

'Accidente', una dura crítica a la sociedad británica

Joseph Losey es un caso atípico dentro de la cinematografía de los Estados Unidos. Procede de la izquierda radical configurada bajo la política del New Deal de Franklin Delano Roosevelt, a la que pertenecen algunos de los hombres de teatro y cine más notables de aquel para tras la segunda guerra mundial, como Robert Rossen, Orson Welles, Elia Kazan, Nicholas Ray y otros muchos a quienes se considera, en su terreno, una generación paralela, aunque algo posterior, a la llamada generación perdida, específica de la narrativa literaria norteamericana.Se formó en el teatro y fue, en los Estados Unidos, el único discípulo directo de Bertolt Brecht. Fue precisamente Losey quien dirigió el estreno de Galileo Galilei, interpretado por Charles Laughton, en Nueva York. En un famoso artículo titulado El ojo del maestro, Losey habló largamente de su relación personal y profesional con Brecht. En ese documento, expone con penetración su manera de entender el método y las teorías brechtianas relativas al teatro. Pero también algo más: como, a su juicio, deben traducirse este método y estas teorías a la expresión cinematográfica.

Losey, que realizó en los Estados Unidos cinco películas, todas muy radicales políticamente hablando, pero de fuste cinematográfico irregular, tuvo que exiliarse de los Estados Unidos en 1955, mientras las huestes del lúgubre Comité de Actividades Antiamericanas del senador fascista Joseph McCarthy le pisaban los talones. A partir de entonces se instaló en Inglaterra, donde ha llenado enteramente su carrera de cineasta, en la que se encuentran algunas películas de extraordinario interés y envidiable factura.

En estos filmes es donde Losey llevó a cabo la puesta en práctica dentro del cine de las enseñanzas de Bertolt Brecht para el teatro. Tres de ellos -El sirviente, King and Country y Accidente, realizados entre 1965 y 1966- son una incontestable muestra de su maestría y componen una de los escasos cuerpos de cine de izquierda, de incontestable izquierda, de que puede alardear la muy conservadora industria cinematográfica europea.

Accidente es, tal vez, la más compleja y perfecta de estas tres películas. Se trata de una historia escrita por el dramaturgo Harold Pinter -también autor del guión de El sirviente- especialmente para el cine. La técnica narrativa en forma de encuesta, aportada por Losey de las tradiciones del cine norteamericano, se combina con la visión cínica, fría e irónica de Pinter sobre la vida y la moral de las capas intelectuales de la alta sociedad británica. El acoplamiento de tan diferentes métodos narrativos es inesperadamente perfecto, sin una sola fisura. La acidez crítica de Accidente se multiplica por la acumulación de dos miradas afiladas e implacables, que se superponen sin esfuerzo.

Otro aspecto de Accidente que le convierte en un filme único es su aparente frialdad, la dístancia con que los acontecimientos son narrados y la permanente referencia de cada acto, de cada comportamiento o de cada anécdota, con una visión crítica del conjunto, que se filtra imperceptiblemente. Ese es el ojo del maestro a que Losey se refirió, mirada de Brecht a través del objetivo de la cámara de Losey. No es ciertamente facil percibir esta dimensón, próxima a la óptica del marxismo, en el filme. En el tea tro de Brecht, el punto de vista es exterior al escenario, por lo que captarlo resulta más accesible. En el cine de Losey, en cambio, el punto de vista está incrustado en la acción y es transparente como ella, por lo que su captura es algo más complicada y requiere una mirada más detenida.

Esta mirada ha de dirigirse a los actores, que son el vehículo de que Losey se sirve para intro ducir en el relato la famosa distanciación formulada por Brecht para acentuar las aristas críticas de un drama o una narración. Dirk Bogarde, Jacqueline Sassard, Stanley Baker actuan con un raro e intenso automatismo, lo que permite observarlos como sujetos de la acción y como objetos de ella, indistintamente. Su trabajo es un auntentico mecanismo de relojería.

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