_
_
_
_
ESPAÑA 82

Con las tácticas defensivas se han incrementado los disparos desde larga distancia

Deportes como el balonmano, baloncesto o hockey sobre patines han visto modificado su reglamento en beneficio de la vistosidad y, en definitiva, del ataque. En fútbol, el reglamento permanece casi inalterable desde 1925, cuando se modificó el fuera de juego (reducción de 3 a 2 contrarios). Desde entonces, el reglamento parece pensado para favorecer a la defensa, y los árbitros lo aplican en este sentido, especialmente en los agarrones y manos, denominadas faltas profesionales. Veinte años después del cerrojo, se buscan nuevas formas de golear. Hoy, más que nunca, los goles se obtienen con disparos desde fuera del área y con la cabeza. En el Mundial de España todo hace prever que se acentuarán estas características.

Más información
Austria, verdugo de España en Argentina

En el siglo XV, nueve delanteros jugaban en una parte del campo, contra un defensa y un portero, que no podían pasar al otro lado. El proceso histórico es el de añadir defensas, y luego centrocampistas, en detrimento de la delantera. Posiblemente, en el Mundial-82 la delantera, tal como ha sido tradicionalmente entendida, esté formada por un solo hombre, y los goleadores sean jugadores del centro del campo. Los datos así lo atestiguan: En el Mundial-78, el 35,8% de los disparos fueron realizados por centrocampistas, y el 50% por los delanteros. Dos años después, en la Eurocopa de Naciones, aumentó el porcentaje de los disparos de centrocampistas (39,5%) y disminuyó el de los delanteros (44,5%). También aumentó el porcentaje de los disparos de defensas, del 13,8% al 15%.La concentración en las inmediaciones del área, o el pressing en el centro del campo, acarrean nuevas formas de conseguir el gol, como el disparo de larga distancia (más de 20 metros) y la cabeza. Estas nuevas modalidades de gol han contrarrestado las tácticas defensivas. Desde hace 30 años, la media de goles en las competiciones nacionales e internacionales, por clubes y selecciones, rondan los 2 goles por partido, con altibajos motivados en parte por un equipo que destaca y golea (Real Madrid en los anos cincuenta), o por la participación de equipos muy Inferiores, que son goleados.

Italia, la escasez de goles

El catenaccio o cerrojo ha sido considerado modelo del antifútbol. Imperó en los años 60, con Helenio Herrera y su Inter, pero dada la calidad de sus jugadores tenía un componente creativo del que sus imitadores carecieron. Otros equipos copiaron, pero con la finalidad del 0-0. Antes y después del catenaccio, Italia ha batido todas las marcas de ineficacia goleadora, tanto en 1934 como en 1981. En la primera vuelta de la pasada Liga, el 40% de los partidos italianos terminaron sin goles o con un solo gol; le siguen en este aspecto negativo Portugal, con un 3 1 %, Yugoslavia, 28,6%, Hungría, 28,5% y Escocia, con 26,6%. A continuación España, con un 24%, igual que Inglaterra.

Curiosamente, los países con mejor fútbol, tienen el mayor porcentaje de goles por partido, y el menor de resultados sin goles o con un solo gol. Los clubes holandeses y alemanes, tanto orientales como occidentales, alcanzan una media de 3,5 goles por partido, y sólo el 12% de los encuentros terminaron sin goles o con un único gol.

El cerrojo es aprovechado por los equipos débiles, cualquiera que sea su nacionalidad. Una de las más fuertes y duras defensas fue la brasileña en el Mundial de Alemania, en 1974. Coutinho, con la pérdida de sus figuras, jugó un 5-3-2, con dos defensas libres. La defensa estaba formada por los marcadores Zé María, Piazza y Francisco Marinho, y los libres Mario Marinho y Pereira.

Las tácticas no han afectado, en un alto porcentaje, a la disminución de los goles, aunque sí influyen para que el deporte sea más o menos espectacular. Con un 2-3-5 en el Mundial de Uruguay (1930), se alcanzó una media de 3,88 goles por partido, y en el de Italia 4,23, pero el campeón, Italia, obtuvo una media de 2,40, cuando todavía el catenaccio no tenía patente. La media más baja de un campeón de] mundo fue la de Inglaterra (1966), en plena época del catenaccio y del fútbol-fuerza, con una media de 1,83. Cuatro años después, le sucedió el fútbol-música de Brasil (2,96 goles de media), que no ha vuelto a repetir. Es el único caso en que un campeón del mundo o de Eurocopa obtiene una media de goles superior a la del torneo. El campeonato de Alemania Occidental, con una media de goles baja (2,55), resultó de alta calidad.

Beneficiar al ataque

Los mundiales de México y Alemania Occidental, pese a que no se obtuvieron gran número de goles, han sido considerados por técnicos de la FIFA como superiores al de Argentina. Este aspecto negativo no preocupa a los técnicos, pero sí las decisiones arbitrales que favorecen la defensa, como las faltas profesionales. Así son calificadas las manos voluntarias y los agarrones, a menudo sancionados con un simple castigo a cambio de evitar un gol, por ejemplo, en los casos en que un atacante supera la táctica del fuera de juego. El fuera de juego, concebido para evitar el abuso de los delanteros, es hoy el de los defensas, ya que si el atacante consigue burlar el fuera de juego, el defensa recurre a coger el balón con las manos o al agarrón, que en la mayoría de los casos no son castigados con severidad. Los técnicos de la FIFA también se muestran preocupados por la pérdida de tiempo de los guardametas y la regla, no aplicada, de los cuatro pasos. Estas faltas profesionales, dicen los técnicos, son consideradas por los árbitros como faltas menores, y el perjudicado es el espectáculo.

Parece que no disminuirán otras amenazas, como son, según el mismo informe, las presión ambiental de los medios de comunicación, y la política.

En el Mundial de España, pese al aumento de selecciones exóticas, parece que no abundarán las goleadas, y que se acentuará el disparo desde lejos y el juego aéreo como modos de abrir la defensa. El exotismo de algunas selecciones es más teórico que práctico, ya que táctica y físicamente han sido puestas al día con técnicos occidentales o suramericanos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_