Más tensiones en el 'Circo', mientras crecen las posibilidades españolas

El conflicto en el Circo de la Fórmula 1, surgido tras la renuncia por parte de los pilotos a fimar un documento presentado por la Federación Internacional (FISA), se ha agravado tras las multas impuestas por ésta. La representación española en la FISA, que votó a favor de las multas, obtuvo de la Federación Internacional una modificación del calendario que abre la posibilidad de que se dispute la carrera española.

Los pilotos se negaron a firmar el documento exigido por la FISA antes del Gran Premio de Suráfrica, en el que, entre otras cosas, se les obliga a no hacer nada que pueda perjudicar los intereses materiales, morales o de imagen del campeonato del mundo que organiza la Federación Internacional. En opinión de los pilotos, ésta y otras cláusulas permiten a la FISA toda clase de posibilidades para sancionar o excluir a los pilotos por faltas de conducta a juzgar por la propia Federación Internacional. Con independencia de que los pilotos consideran que ni el francés Balestre, presidente de la FISA, ni ninguno de los restantes federativos, son quienes para juzgar la conducta moral de ellos, la arbitrariedad demostrada por la Federación Internacional en tantas ocasiones incrementa aún más los peligros de firmar un documento de estas características.La FISA exigía a los pilotos la firma antes de comenzar los entrenamientos de la carrera surafricana, la primera de la temporada. Estos, unidos entre sí como nunca lo habían estado hasta entonces, se negaron rotundamente. Al final, las dos partes en litigo llegaron a un acuerdo para posponer las negociaciones hasta una futura reunión en París, después de la carrera y, de esta forma, salvar la carrera de Kyalami.

Sin embargo, terminada la carrera, la Federación Internacional acordó sancionar a los pilotos. Esta sanción, materializada en la reunión del pasado jueves en multas de un millón de pesetas para seis pilotos -Pironi, portavoz de los pilotos, y Villeneuve, ambos de Ferrari; Prost, líder del mundial con su Renault; Laffite, de Talbot; Patrese de Brabham y Giacomelli de Alfa Romeo- y medio millón para los restantes, es la que ha provocado la reacción de los pilotos, que se niegan a cualquier reunión negociadora y a correr en Argentina el día 7 de marzo -próxima prueba del calendario- si previamente no se les retiran las multas.

Una posible solución

El grave conflicto entre la Federación y los pilotos, que pone una vez más en peligro el normal desarrollo del campeonato del mundo tiene, en esta ocasión, un matiz diferente con respecto a los precedentes. Ahora, los grandes fabricantes están del lado de los pilotos y en contra de esta nueva arbitrariedad federativa. Es el caso de Renault, probable campeón del mundo, y de Ferrari, la escudería más prestigiosa del mundial.Además, tres de los seis pilotos más duramente sancionados son franceses, lo que, unido a la postura de Renault y a la nacionalidad francesa de Jean Marie Balestre, presidente de la FISA, hará muy difícil que éste pueda sostener durante mucho tiempo su postura.

Sin embargo, una solución política podría consistir en que las multas fueran pagadas por los equipos en lugar de por sus respectivos pilotos, pese a la negativa de éstos a pagar, reconocer su culpa e, incluso, que sean sus propios equipos quienes paguen por ellos.

La FISA parece aceptar dicha solución pensando en que, así, su autoridad no quedaría en menoscabo. No hizo lo mismo, en cambio, hace dos años, cuando el escándalo del Gran Premio de España. Entonces, para salvar la carrera, el RACE, organizador español, se ofreció a pagar las multas impuestas a los pilotos por la FISA. Esta, sin embargo, se negó a recibir dicho pago considerando que teman que ser únicamente los pilotos los posibles pagadores y, además, exigió que éstos admitieran por escrito su culpabilidad.

De nada valió entonces que el organizador español tratara de explicar al presidente de la FISA que, al margen de la arbitrariedad de las multas impuestas a los pilotos, y de que éstas no habían seguido el curso cronológico legal para no afectar a la carrera de Mónaco y sí a la de España, no existía ninguna argumentación jurídica para justificar la postura federativa. La FISA, con el apoyo de la Federación Española -la misma que ahora también le apoya frente a los pilotos y que le apoyará para permitir el pago indirecto-, no quiso variar su postura y la carrera española sufrió las consecuencias.

Ampliación favorable a España

Por lo que respecta a la posible celebración del Gran Premio de España, las posibilidades aumentaron considerablemente después de la última reunión de la Federación Internacional. El representante español, Fernando de Baviera, anterior presidente de la Federación Española de Automovilismo (FEA), votó a favor de la propuesta del presidente de la FISA de multar gravemente a los pilotos. Contra dicha propuesta votaron en la citada reunión paises como Gran Bretaña, la República Federal de Alemania, Italia y Mónaco, así como el representante de los constructores.En la misma reunión, la FISA acordó también modificar el calendario previamente establecido y aprobado hace tiempo. En virtud de dicha modificación, el calendario del campeonato del mundo de Fórmula 1 fue ampliado -pese a haber comenzado ya- para poder dar entrada a la carrera que podría disputarse en España.

Sin embargo, el hecho de la inclusión de la prueba del Jarama dentro del nuevo calendario modificado no significa aún que ésta pueda llevarse a cabo. Los numerosos problemas económicos que acarreará la organización del Gran Premio de España, que parecen no importar a la Federación Española, obligan a mantener ésta aún en el aire.

Para que la carrera pueda disputarse la FEA tiene que llegar a un acuerdo con el RACE, propietario del circuito del Jarama. Tras una propuesta de contrato presentada por la Federación, que el RACE rechazó como absolutamente inaceptable, y unas posteriores conversaciones entre las dos partes en las que se llegó a un principio de acuerdo, el RACE prepara un largo y meticuloso contrato de cesión del circuito.

Según ha podido saber EL PAIS, el RACE podría ceder el circuito del Jarama a la Federación Española para que ésta organice la Fórmula 1 durante cinco años. A cambio de ello, la FEA tendría que realizar a su costa todas las obras de adaptación del circuito a las normas de la Internacional. Obras que incluyen unos nuevos boxes, remodelación de la entrada en los mismos, aplanación del terreno en varias curvas y otras cosas más que, en conjunto, supondrían un costo próximo a cien millones de pesetas. Todas estas obras deberían estar finalizadas antes de mediados de mayo, cuando se dispute en el circuito madrileño el Gran Premio de España de Motociclismo.

Para hacer frente a estos cien millones, a los que habría que añadir los 17 ya pagados y otros cien que costaría el montaje de la carrera, la Federación Española de Automovilismo pretende comercializar publicitariamente los boxes -aunque en este punto mantiene serias divergencias con el RACE-, cantidad a la que habría que sumar los derechos de televisión, la ayuda del Real Comité Organizador del Mundial de Fútbol y los ingresos por taquillas. Cantidades que, sumadas, estarán tan lejos de los más de doscientos millones de pesetas de costo, que el RACE se niega a firmar cualquier tipo de acuerdo con la FEA sin un aval bancario que garantice la operación.